Volviendo al casco urbano de Cuacos, pues queríamos conocer un poco el pueblo y comer allí (el monasterio está medio escondido en una zona boscosa a unos dos km.)
Volviendo a Cuacos digo, pasamos por el "cementerio de los alemanes", y decidimos entrar a visitarlo.
Se trata de un recinto donde están los restos de unos doscientos militares alemanes, muertos en la primera y en la segunda guerra mundial, que fallecieron fuera de Alemania: unas doscientas cruces, iguales, de granito, con sus correspondientes nombres, rodeados por un entorno natural de olivos y vegetación. Un escenario que impone un poco. (D.e.p.).
El hecho de haberlos reunido aquí, pues estaban diseminados por diferentes lugares de España, procedentes de naufragios o derribos aéreos, parece ser que es precisamente por la cercanía del palacio del emperador Carlos V .
Bajamos a Cuacos y después de meternos por un laberinto de calles difíciles de transitar, volvimos sobre nuestras ruedas y aparcamos en la carretera.
Bajamos, ahora sí, andando, y pateamos un poco el lugar, descubriendo en cada rincón ese sabor extremeño de la Vera y buscando los puntos que llevaba señalados en mi lista:
Iglesia Ntra. Sra. de la Asunción: cerrada. |
Plaza de la Fuente de los chorros: agua fresca que baja de los manantiales |
La misma plaza , otro rincón |
Plaza de D. Juan de Austria (conocido de niño como Jeromín) |
Algunos rincones y sus empinadas calles |
Comimos en una terraza, en la plaza Mayor, y regresamos a
JARANDILLA
Antes de llegar al parador y aprovechando que íbamos en coche, bajamos a ver el Puente del Parral,
De vuelta en el Parador y después de descansar un poco, disfrutamos de la piscina hasta que cayó un poco el sol, que volvimos a bajar al casco urbano donde seguían con los preparativos de las fiestas.
Nos alejamos del centro y fuimos a buscar la ermita de de la Virgen de Sopetrán, patrona de Jarandilla, cuya fiesta se celebra el jueves anterior al día de la Ascensión.
Ermita de Ntra Sra. de Sopetrán, patrona de Jarandilla |
Es una edificación de varios cuerpos, de linea y factura armoniosa, de estilo barroco o renacentista. Construída en el siglo XVII, parece ser que sobre los restos de una edificación anterior. Estaba cerrada, aunque a través de una ventana y una puerta semiabierta se apreciaba el retablo principal de estilo rococó muy elaborado y una imagen preciosa de la Virgen de Sopetrán.
Resultó que al lado de la ermita nos encontramos también con "La Picota", otro de los puntos de interés que llevábamos en lista.
Picota gótica del siglo XVI |
Se trata del clásico rollo de justicia, símbolo del poder feudal sobre los pueblos y de la independencia jurisdiccional. Y que fué utilizada para, en tiempos pasados, ejecutar penas de muerte.
Cenamos en una terraza cerca del parador y nos retiramos a descansar porque una no está ya para tanto movimiento.
A la mañana siguiente, después de desayunar, dimos un paseo de despedida por el parque de la Aliseda y emprendimos el viaje de vuelta, deseando volver pronto.
El Parador desde el parque de la Aliseda |
Ha sido un viaje a mis raíces y ya siento nostalgia.
------------------------------------------
Recuerdo que mi madre decía, de alguien que hablaba de todo y sabía más:
"Ese sabe a Cuacos y a Jarandilla" (¿?)
No hay comentarios:
Publicar un comentario