11 de marzo de 2013

CRÓNICAS SOBRE PAPÁ, X

     La nueva vacante que solicitó y le concedieron a papá fué Torrijos.

     Solo estuvimos un año mas o menos y ademas yo no lo completé porque me llevaron  una larga temporada con mis abuelos al pueblo. Cuando papá volvió a buscarme ya estaban en un nuevo destino.

     En Torrijos, vivíamos en la calle Cervantes;  una calle de casitas bajas. Esta  si recuerdo que tenía servicio; y un patio en la parte de atrás a donde se pasaba por la cocina, que la recuerdo grande, como si fuera aparte de cocina, la zona de estar. 

     Frente a nuestra casa, había una mas grande, con terraza en el tejado donde vivía un niño que venía mucho a casa a jugar con mis hermanos.

     No sé cual era el colegio de mis hermanos, pero el mío estaba en un convento de monjas. Llevábamos uniforme azul marino o negro, con un cuello de plástico blanco y un lazo rojo, a modo de corbata. La clase estaba en el piso de arriba y tenía grandes ventanales que daban a un claustro. Los pupitres eran de madera con una tapa abatible para guardar los libros. En la parte superior, la tapa tenía un orificio donde se incrustaba un tintero de cerámica blanco; Lo utilizábamos para hacer caligrafía gótica y para ello usábamos  unos palilleros a los que se acoplaban  plumillas de diferentes tamaños.
     He tratado de indagar por internet y creo que era el colegio de San José y Santa Elvira, ya desaparecido.

     En Torrijos también fué donde ví por primera vez el cine. Papá nos llevó a un cine de verano y yo recuerdo que aquella pantalla me sorprendió y estuve esperando espectante a que por algún lado se abriera como un telón. No recuerdo nada de la película pero siempre he tenido en mi cabeza que se titulaba "Torero a la fuerza".

     También nos llevaba a la plaza no sé si eran ferias, y nos compraba polos. El vendedor tenía un curioso artilugio para fabricarlos: Una especie de cepillo como el de los carpinteros, pero hueco y de metal. Con él raspaba de una barra de hielo; dentro del artilugio el hielo se almacenaba y compactaba (creo que metía un palito dentro para luego poder cogerlo) y despues lo rocíaba con un líquido que llevaba en botellas: fresa, menta o naranja. ¡A mi me encantaba!.

     Durante nuestra estancia en este pueblo y en esta misma plaza hubo un gran acontecimiento: La visita de Franco. Yo no lo ví pero la plaza se puso de bote en bote y decían que estaba en el balcón del ayuntamiento.

     Otra actividad que hacíamos con papá era, algunos domingos, pasear comiendo cucuruchos de pipas por la carretera de Gerindote. 

     También recuerdo que mamá me mandaba algunas veces a comprar a un ultramarinos que había cerca de casa, sardinas arengues, y luego me regañaba porque me gastaba las vueltas en caramelos.
    
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Cita:

"El pasado tiene sus códigos y costumbres".  Sócrates.
     

1 comentario:

  1. Muchas gracias por contarnos todo eso. Aunque no lo parezca, te leemos.

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