El muérdago es una planta semiparásita que crece preferentemente en las ramas de encinas, pinos y robles, Posee flores masculinas y femeninas y unas
bayas que pasan del verde al blanco traslúcido al madurar. No son comestibles para los humanos y maduran a finales del otoño. Como podéis apreciar en la foto, que en este caso es un pino, es como una madeja en forma de pelota, de color verde amarillento.
Ha llegado el tiempo de las setas y hace unos días, en vista del buen tiempo que hacía, decidimos hacer una excursión.
Nosotros solo buscamos níscalos, porque son los que conocemos. No había. Encontramos mas o menos media docena, pero nos hizo un día estupendo y soleado y lo pasamos muy bien.
Da mucha alegría encontrarlos. Ahí..., escondiditos debajo de las púas caídas de los pinos. Pero... nos llevamos pocas alegrías.
Lo que no supimos decir nos dolerá eternamente y sólo el valor de un corazón abierto podrá liberarnos de esta congoja. Nuestros encuentros en la vida son un momento fugaz que debemos aprovechar con la verdad de la palabra y la sutileza de los sentimientos Viendo inminente el final de su vida, Olga decide escribir a su nieta una larga carta para dejar constancia de lo que ninguna de las dos ha sabido ni decir ni escuchar. Cuando la nieta regrese, sólo encontrará la relación de los pensamientos, sentimientos, delicadeza y esperanza, soledad y amargura que la vida ha ido tejiendo. Por la carta, se sabrá cuál fue la historia de la familia, las peleas con la hija muerta, los desencuentros y las heridas que nunca cicatrizaron.