Viendo inminente el final de su vida, Olga decide escribir a su nieta una larga carta para dejar constancia de lo que ninguna de las dos ha sabido ni decir ni escuchar. Cuando la nieta regrese, sólo encontrará la relación de los pensamientos, sentimientos, delicadeza y esperanza, soledad y amargura que la vida ha ido tejiendo. Por la carta, se sabrá cuál fue la historia de la familia, las peleas con la hija muerta, los desencuentros y las heridas que nunca cicatrizaron.
Se trata de un libro escrito de forma epistolar. Como un monólogo. Una larga carta escrita en capítulos diarios, en los que Olga todos los días, después de narrar sus sencillas actividades cotidianas en la casa y el jardín, va confiándole a su nieta, como si fuera una confesión, todo lo que guarda en su corazón, bueno o malo, quizá con la esperanza de que algún día cuando vuelva y ella ya no esté comprenda muchas de sus actuaciones, o quizá como descarga de su conciencia, ya que la separación de las dos no fue muy amistosa ni sus relaciones personales eran fluidas, quizá por conflictos intergeneracionales.
" Si en la televisión se daba el caso de que viéramos alguna noticia particularmente cruenta, te mofabas de la compasión que yo expresaba diciéndome: "A tu edad, ¿de qué te asombras?, ¿Todavía no te has enterado de que la selección de la especie es lo que gobierna el mundo? ". Ante esta clase de observaciones, las primeras veces me quedé sin aliento, tenía la sensación de tener un monstruo a mi lado"
Tiene una prosa exsquisita, dulce y profunda, con reflexiones sencillas pero contundentes, que te enseñan a conocer mejor la naturaleza de las relaciones humanas, en las que muchas veces te ves reflejada, y está salpicada de metáforas llenas de sabiduría.
La carta está escrita a corazón abierto por una anciana que ya ve cerca su final y con la autoridad que le da su experiencia quiere trasmitir este testimonio a su nieta, asumiendo sus culpas, tratando de evitar que ella cometa los mismos errores, para terminar dejándole el siguiente legado:
"Cuando ante tí se abran muchos caminos y no sepas cuál recorrer, no te metas en uno cualquiera al azar: siéntate y aguarda. Respira con la confiada profundidad con que respiraste el día en que viniste al mundo, sin permitir que nada te distraiga: aguarda y aguarda más aún. Quédate quieta, en silencio, y escucha a tú corazón. Y cuando te hable, levántate y ve donde él te lleve..."Tiene una prosa exsquisita, dulce y profunda, con reflexiones sencillas pero contundentes, que te enseñan a conocer mejor la naturaleza de las relaciones humanas, en las que muchas veces te ves reflejada, y está salpicada de metáforas llenas de sabiduría.
La carta está escrita a corazón abierto por una anciana que ya ve cerca su final y con la autoridad que le da su experiencia quiere trasmitir este testimonio a su nieta, asumiendo sus culpas, tratando de evitar que ella cometa los mismos errores, para terminar dejándole el siguiente legado:
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