SAN MARTÍN DE VALDEIGLESIAS.

     Hoy os voy a hablar de uno de mis pueblos. Veréis;  están: el pueblo donde nací... el pueblo donde pasé mi infancia... el pueblo de transición hasta llegar a Madrid... el pueblo en el que vivo  y...  San Martín de Valdeiglesias. Que es el pueblo al que vengo todos los veranos y muchos fines de semana del resto del año, desde hace mas de cuarenta.

     Cuando visito una ciudad siempre procuro informarme y ver lo que tiene de extraordinario, porque todas las ciudades y todos los pueblos tienen algún encanto, algo especial... y luego, hago un pequeño resumen y me llevo su recuerdo en algunas fotografías. Pero suele pasar que en el lugar en que estás, como lo tienes siempre a mano, como hay confianza, pues dejas un poco de lado estas cosas. Pero creo que ya le tocaba y ademas tiene cosas muy interesantes. Así pues me he lanzado a descubrir de verdad lo que veo a diario y contároslo.

Allá voy:

     Empezaré por hablaros un poco de su historia y para ello os transcribo, resumido, lo que mencionan en sus reseñas bibliográficas.

     Dejamos a un lado la historia mas antigua que habla de vestigios visigodos y vettones, de quienes se conservan los famosos "Toros de Guisando"  de los que ahora no toca hablar pues están en el término de El Tiemblo, pueblo con el que San Martin limita.

        Parece que su historia comienza tras la reconquista de Castilla por Alfonso VII, que quiso poblar el valle de colonos y reunió a todos los monjes ermitaños, de comunidad Benedictina, que estaban diseminados en varios eremitorios de la zona.  Fundó el monasterio de Santa María de Valdeiglesias en el año 1150, poniendo al  frente al abad Guillermo. El desarrollo del valle y mas concretamente el de San Martin, estuvo bajo la supervisión del monasterio hasta la primera mitad del siglo XV, momento en que D. Alvaro de Luna adquiere sus dominios. Tampoco toca hablar de este monasterio, que está en ruinas, porque se encuentra en el término de Pelayos de la Presa, pueblo que tambien limita con San Martín, por el otro extremo. 

     Hablemos de su castillo que este sí, está en pleno casco urbano de San Martín.

Castillo de la Coracera.

     Según la versión oficial, el Castillo de la Coracera fue construido por Don Álvaro de Luna, valido del rey Juan II,  padre de Enrique IV y de su hermana Isabel, (la Católica),  futura reina de Castilla.

     La fortaleza está construida en piedra berroqueña. Es de planta cuadrada y se articula alrededor de tres grandes volúmenes, de forma circular, sobre los que destacan la torre del homenaje y una torre que hace la función de albarrana. El conjunto está rodeado de una barbacana, de unos cuatro metros de altura.
     Actualmente se organizan en él eventos culturales, tales como exposiciones o conciertos. ¡Ah! y visitas guiadas y teatralizadas.

 Hablemos de su iglesia.    

Iglesia dedicada a San Martín de Tours

      Edificio renacentista de estilo Herreriano y planta basilical, tiene tres naves cubiertas con bóvedas de cañón. Sobre el crucero se eleva una cúpula central de siete metros de altura. Destaca el retablo barroco del altar mayor, de grandes proporciones, que es del siglo XVII, con un cuadro atribuido a Lucas Jordán, discípulo de Rivera, que representa a San Martín compartiendo su capa con un pobre.
     En una de las capillas se encuentra el retablo de la Virgen de la Nueva, patrona de la localidad, y la Virgen de la Estrella, una pequeña escultura de marfil, que según las Cantigas, fue propiedad de Alfonso X, el Sabio.

     Está anexa a la plaza Real, donde se encuentra el Ayuntamiento.

Ayuntamiento en la Plaza Real

       Edificio construido en 1834 y remodelado a finales del pasado siglo. Tiene dos plantas con un balcón corrido en la de arriba y un arco central en el planta baja que da acceso a una de sus típicas calles del casco viejo.

     

Algunas de sus calles

     Tiene también, como casi todos los pueblos, su plaza de toros, donde se siguen celebrando corridas, en las fiestas patronales, ademas de conciertos y otros eventos.

Plaza de toros y detalle de la puerta de entrada

   Fue construida sobre un antiguo convento de monjas y se inauguró en 1859.  Aún queda algún vestigio de este convento y es el arco de medio punto enmarcado por pilastras y dintel de la puerta de entrada.
     San Martin tiene una gran tradición torera. La plaza está considerada de tercera categoría y es una de las mas antiguas de Castilla.

     Otro edificio emblemático de San Martín es el de  "La Estación"

 Casa de la Juventud "La Estación"

     Edificio construido en 1925  para la estación de tren, de la línea que a finales del siglo XIX se proyectó para unir Madrid con Arenas de San Pedro, y que nunca culminó. Posteriormente se rehabilitó y sus instalaciones se remodelaron para hacer de él un edificio mas moderno y funcional. Actualmente es un centro cultural que alberga la casa de la juventud, salas de exposiciones y la radio local. Su estilo es el que predominaba en la época para esta clase de construcciones.

     Ahora,  haremos una ruta y hablaremos de las ermitas que aún quedan en pié de las doce que parece que había en un principio y que fueron las que dieron nombre al pueblo: Valle de las iglesias.

Ermita de Ntra. Sra. de la Salud

     Su construcción data del siglo XVII. Es de planta cuadrada y fué reformada o remozada en el ultimo cuarto del siglo pasado, pues anteriormente tenía las paredes encaladas y la puerta forrada de zinc, ademas se añadió  la campanita. En su interior alberga una talla de la Virgen de la Salud, del siglo XVIII.

Ermita del Cristo, o de la Sangre

       

      Construida en el siglo XIII, es de estilo gótico, con un ábside poligonal de tres lados y robustos contrafuertes. Tomó el nombre "de la Sangre", debido a los enfrentamientos que tuvieron en el siglo XVI los vecinos de San Martín y los ejércitos de los duques del infantado al que no querían someterse. Alberga una imagen de Cristo crucificado.

Ermita del Cristo de la Humildad 

     Esta edificación es de mas reciente construcción. Como se aprecia, es muy sencilla y austera, de forma rectangular, encalada y con un zócalo de piedra, ventanas redondas altas y un gran portón. No sé  si está en uso porque el Cristo que sale de ella en procesión, en la foto antigua que encontré en el archivo de la página del  ayuntamiento, es el que está en la ermita de la Sangre.

Ermita del  Ecce Homo

       Esta ermita es un edificio del gótico tardío. Su forma es de un templete o humilladero con ventanas ojivales y columna central ochavada. Es quizás la mas antigua de todas ellas, las bolas de granito de la cornisa la sitúan entre el siglo XV y XVI. En 1999 fue restaurada. Alberga en su interior varias imágenes de Cristo

Ermita de Ntra. Sra. del Rosario

     Ermita rural de estilo gótico, construida entre los siglos XV y XVI en piedra de sillería granítica. En ella destaca un gran dintel de piedra berroqueña decorado con bajorrelieve. Tiene tallado motivos florales en espiral que emergen de un jarrón. Parecen ser azucenas y margaritas, símbolos de la virginidad y la humildad de la Virgen.
     Alberga en su interior una imagen de la Virgen del Rosario.

Ermita de la Virgen de la Nueva

     Esta es una ermita de nueva construcción. Data de 1956 y se construyó para sustituir la existente, del siglo XIII, que quedó sumergida bajo las aguas del pantano de San Juan cuando se construyo el embalse. Es de sillares de piedra y está dedicada a la patrona de San Martín. Está ubicada en medio de un gran pinar y todos los años, desde hace mas de cinco siglos los sanmartineños trasladan en romería a la Virgen. En una ventana-hornacina, en el respaldo de la ermita hay una réplica de la imagen que habita en la iglesia parroquial del pueblo, que tambien alberga  el retablo perteneciente a la ermita sumergida.

     Hasta aquí una rápida mirada por la villa. Voy a dejarlo aquí porque si no, no voy a publicar nunca. En una próxima ocasión os hablaré de los alrededores. Del entorno del pantano. del monte, y del Bosque encantado.
     

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Frase:

"Nuestro destino nunca es un lugar, sino una nueva forma de ver las cosas"
                                                                                                 Henry Miller