14 de marzo de 2014

CASI TODO SOBRE MI MADRE LXVIII

     Hoy he estado con mamá. No es que haya nada especial pero hace mucho que no hablo de ella. 


     La encontré en terapia y la estuve observado. Estaban todas en un gran corro y haciendo ejercicios con las manos según las indicaciones de la monitora, que estaba de espaldas a la puerta. Todas estaban con las manos en alto y las movían y giraban. Todas, menos mamá, que las miraba como si el asunto no fuera con ella. 


     Cuando la recogí, la llevé a la peluquería para que le cortaran un poco el pelo y la pusieran en orden y mientras esperábamos, tuvimos una conversación muy curiosa. Me preguntó que cuando me casaba. Le dije que ya estaba casada y que incluso tenía nietos. Se alegró y me dijo que me lo merecía porque era una chica muy maja. Le pregunté que cuando se casaba ella y con voz nostálgica me dijo que ella era viuda desde hacía mucho tiempo. Le dije que eso era muy triste. Me dijo que mucho. Le dije, bueno, pero tiene ocho hijos y ella me dijo, sí, y diecinueve nietos... y no sé cuantos bisnietos. Se quedó callada un momento y luego me preguntó: ¿Como te llamas?. Me quedé mirándola y luego le dije: Mª Luisa. Me dijo que era un nombre muy bonito. Le dije, me lo puso mi madre, y se sonrió. Deje pasar un ratillo y le volví a preguntar, No sabes quien soy yo?, mírame bien. Me miró y me dijo ¡¡es que sois tantas!!.

    La última vez que fui, el martes pasado, observé y luego Mª Jesús tambien, que tenía la mano derecha algo encogida hacia dentro, por lo que la he estado animando a que la moviera e hiciera juegos con ella. Hemos cantado los cinco lobitos. También le dije que saludara como si fuera la reina... Se reía... Hemos echado un pulso... y le dije que me apretara la mano. No tiene ninguna fuerza ¡la pobre!...

     El viernes pasado, hacía tan bueno y llevaba tantos días sin salir, que la abrigué y nos fuimos a dar un paseo a la calle. Iba un poco reticente porque sacarla de su rutina diaria le produce algo de intranquilidad. Eso... o que no confiaba en que yo la sacara y la volviera a traer bien. Pero yo creo que el paseo le gustó. Al día siguiente, Manolo la volvió a sacar y tambien le fue muy bien.

     Y así transcurren los días, procurando disfrutar los que tiene buenos y sufriendo con ella los menos buenos.


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Pensamiento:

Separa los problemas reales de los imaginarios y éstos elimínalos, porque son una pérdida de tiempo y ocupan un espacio mental necesario para cosas más importantes.                            
                                                      Del Instituto Francés de la Ansiedad y el Stress

  
     

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