20 de septiembre de 2021

DECIAMOS AYER

      Esta semana ha hecho nueve años que inauguré mi blog, y he sido constante en mantenerlo con publicaciones variadas de mayor o menor interés para el lector que de vez en cuando se asoma a él,  pero muy importantes para mi porque me permiten pensar y mantener despierta mi mente. 

     Últimamente lo he tenido un poco abandonado por falta de tiempo y de motivación, mas por lo segundo que por lo primero y aunque sea un tema manido creo que el aislamiento por la pandemia tiene mucho que ver. Y no el aislamiento con la familia cercana porque yo no he dejado de ver a mis hijos y a mis nietos, pero al resto de la familia y a los amigos, incluso a los vecinos, no los vemos ni nos relacionamos con ellos con la asiduidad de antes.  Ademas de haber tenido pérdidas irreparables.

     Veo mi última entrada y han pasado casi tres meses. Pero voy a poner todo mi empeño en reanudar mi contacto con el blog y remontar.  Ahora que empieza el curso de los colegios pensaré que he estado de vacaciones.

     Para inaugurar la nueva etapa os pondré una bonita metáfora de  Gibran que vi por internet.


"Dicen que antes de entrar en el mar, el río tiembla de miedo.
Mira para atrás todo el recorrido, las cumbres, las montañas, 
el largo y sinuoso camino abierto a través de selvas y poblados 
y ve frente a sí un océano tan grande que entrar en él solo puede significar desaparecer para siempre.
Pero no hay otra manera, el río no puede volver.
Nadie puede volver. Volver atrás es imposible en la existencia.
El río necesita aceptar su naturaleza y entrar en el océano.
Solamente entrando en el océano se diluirá el miedo,
porque solo entonces sabrá el río que no se trata de desaparecer en el océano,
sino de convertirse en océano".

                                                                                                (Khalil Gibran)


-ooo-


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