A finales de agosto decidimos hacer una breve visita a Ciudad Real y Manzanares. Visita que nos quedó pendiente en nuestro viaje del mes de mayo, por indisposición de Pepín. Veréis, en mayo, cuando cumplimos nuestro cincuenta aniversario de casados íbamos a hacer dos viajes seguidos, uno a Manzanares pasando por Ciudad Real, que haríamos en coche y otro a Málaga, en tren; dos capitales que no conocíamos. Hicimos las correspondientes reservas y la víspera de ponernos en marcha amaneció Pepín que no podía mover el cuello -culpa de sus cervicales, que de vez en cuando le atacan-. Imposible conducir, por lo que tuvimos que anular la primera etapa y andar de "fisios" dos o tres días hasta que le mejoraron bastante. Cinco días después nos fuimos a Málaga que ademas como íbamos en tren iba descansado pues no tenia que conducir. Pues eso, en agosto vimos la ocasión de cumplir lo pendiente y allá nos fuimos.
"A la Mancha manchega que hay mucho vino
Mucho pan, mucho aceite mucho tocino".
CIUDAD REAL
Madrugamos y fuimos derechos a Ciudad Real. Queríamos pasar allí la mañana y visitar la catedral y lo que nos diera tiempo. Desembocamos en la Plaza Mayor donde aparcamos el coche y nos dispusimos a pasear sus calles, aunque hacía un calor de justicia.
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Puerta de Toledo
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La puerta de Toledo, solo la vimos al pasar pero se ve maravillosa