Últimamente he escuchado por diversos sitios noticias de descubrimientos de restos romanos. He recordado que entre mis trabajos de la "Uni" había un par de ellos sobre esta civilización. Como hace mucho tiempo que no comparto con vosotros estos quehaceres aquí teneis el trabajo que hice sobre el teatro basándome en el reflejo que hacían de la vida cotidiana sobre los mosaicos. Espero que os resulte, por lo menos, curioso.
3º CURSO DE: "CULTURA Y CIVILIZACIÓN"
Asignatura: LA VIDA COTIDIANA EN EL IMPERIO ROMANO
TRABAJO DE FIN DE CURSO
LOS MOSAICOS COMO FUENTE DOCUMENTAL
"ENTRE BASTIDORES"
La técnica del mosaico, utilizada por los romanos para decorar sus interiores, ha sido para los historiadores una gran fuente de información dado que son los restos arqueológicos que mejor se han conservado. Muchos de estos mosaicos son de figuras geométricas, pero otros muchos son escenas figuradas de la vida cotidiana, como: creencias, costumbres, urbanismo; también escenas mitológicas. Es sabido que los mosaicos reflejan casi siempre a la sociedad de élite, que era quienes los encargaban a los mosaístas. No obstante, a través del reflejo de sus actividades en los mosaicos, podemos ver y descubrir también toda la vida que se movía a su alrededor: calles, casas, trabajos, diversiones… De igual forma descubrimos los oficios, los artesanos, los comerciantes, etc.
El mosaico que me va a servir de guía para desarrollar mi comentario sobre un aspecto de la vida cotidiana durante el imperio Romano, es “Entre bastidores” (Nápoles. Museo Arqueológico).
En él se puede apreciar a un grupo de actores, preparándose para salir a escena. Así pues, basándome en lo que los historiadores nos cuentan, voy a hablar un poco del teatro en ese periodo.
Entre los espectáculos de los romanos, los teatrales eran los menos costosos y nunca fueron tan populares como los del circo o los del anfiteatro. Aún así eran considerados los más nobles: Los “ludi scaenici” sólo despertaban interés en la minoría culta del pueblo
En el calendario romano no existía la semana, los días de descanso eran las fiestas religiosas que se repartían a lo largo de todo el año. La palabra “ludi” en él, significaba “juegos”, del circo o del teatro.
Los teatros eran construidos en las laderas de las montañas para aprovechar el desnivel. Las gradas (cavea) estaban dispuestas en forma de herradura, que se rodeaba con un muro. Frente a ellas se encontraba la escena. Estaban las gradas divididas en sectores para cada tipo de público. Durante las representaciones se podía cubrir el recinto con un gran toldo para proteger del sol.
Muchas de las fiestas las organizaban los Magistrados para el pueblo “ludi publici”. El erario público pagaba una cantidad y los magistrados la completaban de su propia fortuna. Esto les hacia adquirir prestigio. Los espectáculos eran públicos, constituían un placer común a todas las clases sociales y no se trataba de oponer el ocio a un ideal de vida laboriosa. Podían asistir todos los ciudadanos, incluso las mujeres y los niños. Al parecer los esclavos también podían asistir, pero con la prohibición de sentarse salvo que sobraran asientos.
Sabemos que los géneros que se cultivaron fueron La Tragedia: escrita para ser declamada y que poco a poco fue sustituida por El Pantomimo, donde un bailarín danzaba y un coro cantaba el texto de la llamada “fábula saltica” (libreto de danza).- La Comedia, en la que los actores llevaban máscaras y trajes cómicos y que mas tarde fue sustituida por El Mimo, cuyos argumentos eran escenas de la vida popular, parodias de comedias y tragedias, y de temas mitológicos.- La Citarodia, eran concursos donde los intérpretes cantaban piezas de diversos géneros, acompañándose con la cítara.- Tetimimos: se trataba de espectáculos coreográficos acuáticos, que parece que hacían referencia a la diosa del mar “Tetis” y que para su ejecución, el foso de la orquesta se transformaba en un embalse cerrado.
Los teatros eran construidos en las laderas de las montañas para aprovechar el desnivel. Las gradas (cavea) estaban dispuestas en forma de herradura, que se rodeaba con un muro. Frente a ellas se encontraba la escena. Estaban las gradas divididas en sectores para cada tipo de público. Durante las representaciones se podía cubrir el recinto con un gran toldo para proteger del sol.
Muchas de las fiestas las organizaban los Magistrados para el pueblo “ludi publici”. El erario público pagaba una cantidad y los magistrados la completaban de su propia fortuna. Esto les hacia adquirir prestigio. Los espectáculos eran públicos, constituían un placer común a todas las clases sociales y no se trataba de oponer el ocio a un ideal de vida laboriosa. Podían asistir todos los ciudadanos, incluso las mujeres y los niños. Al parecer los esclavos también podían asistir, pero con la prohibición de sentarse salvo que sobraran asientos.
Sabemos que los géneros que se cultivaron fueron La Tragedia: escrita para ser declamada y que poco a poco fue sustituida por El Pantomimo, donde un bailarín danzaba y un coro cantaba el texto de la llamada “fábula saltica” (libreto de danza).- La Comedia, en la que los actores llevaban máscaras y trajes cómicos y que mas tarde fue sustituida por El Mimo, cuyos argumentos eran escenas de la vida popular, parodias de comedias y tragedias, y de temas mitológicos.- La Citarodia, eran concursos donde los intérpretes cantaban piezas de diversos géneros, acompañándose con la cítara.- Tetimimos: se trataba de espectáculos coreográficos acuáticos, que parece que hacían referencia a la diosa del mar “Tetis” y que para su ejecución, el foso de la orquesta se transformaba en un embalse cerrado.
Pero uno de los géneros más populares y que he dejado para el final porque creo que el mosaico que he elegido refleja el ambiente de los preparativos de una de estas funciones, es el de La Atelana, que junto con el Mimo, fueron los géneros que mas adeptos tuvieron. Se trataba de farsas populares improvisadas en tono satírico, mezcla de versos y prosa mezclado con términos rústicos. Eran obras sencillas y cortas, de un solo acto. Los papeles femeninos eran interpretados por actores masculinos, que escondían su identidad mediante máscaras.
Se empleaban máscaras fijas que se modelaban en forma de rostro humano o animal. Se hacían de diversos materiales: madera, barro, pintura espesa, telas, cera… Eran muy variadas y los actores se las ponían según representaran el papel de un rey, una mujer, un esclavo, un viejo, un niño o un animal, pudiendo un mismo actor cubrir varios papeles. Cada máscara era un símbolo y tenía una historia propia. Entre la plebe eran muy populares los personajes de Dossennus (el astuto y jorobado que todo lo sabe); Bucco (el tragón); Pappus (el bonachón); ó Maccus (el tonto que siempre salía molido a palos).
En el Mimo en cambio la puesta en escena era por actores sin máscaras y los papeles femeninos eran interpretados por mujeres, que al final se desnudaban (nudatio mimarum).
La gran afluencia de personas en el teatro al aire libre originaba gran confusión y era difícil seguir las funciones si no se conocían de antemano los signos preestablecidos por las máscaras: trágicas ó cómicas, pintadas de marrón o blanco ayudaban a identificar ambos sexos y les permitían conocer a los personajes. El vestuario situaba la acción e indicaba la condición social; así, el blanco era para los ancianos, la multiplicidad de colores para los jóvenes, el amarillo para las cortesanas, el púrpura para los ricos, el rojo para los pobres, la túnica corta para los esclavos, la clámide para los soldados, etc.
La mayor parte de los actores eran extranjeros, esclavos y libertos. Gozaban de poco prestigio social y eran considerados como gente sin honor, aunque entusiasmaban a los espectadores con sus historias de doble sentido y llegaron a ser imprescindibles en las fiestas y banquetes de los ricos. Las mujeres, que no salían a escena nada más que en las comedias modernas (“mimos”), sin máscaras ó como bailarinas, estaban mal consideradas y gozaban de la misma reputación que las prostitutas. El término Mima fue transformándose en sinónimo de meretriz.
No obstante, junto a los atletas, cocheros y gladiadores, los actores eran auténticas vedettes. Era el teatro quien lanzaba las modas y el pueblo cantaba las canciones de éxito que escuchaba en los escenarios.
Los excesos y las ansias del pueblo en los espectáculos, hicieron que el teatro fuera decayendo poco a poco hasta su casi desaparición. Y pongo como conclusión lo que escribe Jérôme Carcopino en “La vida cotidiana en Roma” (Pág. 292) : “…lo cierto es que el “ mimo” llegó a degradarse de tal modo que expulsó definitivamente de la escena romana cualquier resto de arte con un mínimo de humanidad y lo mas alarmante es que las masas de las Urbis cedieron ante estos espectáculos absolutamente pervertidos, quizá porque después de años de abyectas matanzas en el anfiteatro, los sentimientos estaban envilecidos y los instintos se habían desviado”.
Durante el espectáculo, el placer se convierte en una pasión cuyos excesos condenan los sabios y condenarán más tarde los cristianos. Para los píos padres de la Iglesia, dice Juvenal "el teatro es lujuria, el circo ansiedad y la arena crueldad".
- VV.AA.- “Así vivían los romanos”.- ED. Anaya.- Madrid-1997.
- JEROME CARCOPINO.- “La vida cotidiana en Roma en el apogeo del Imperio”. Ediciones Temas de Hoy, S.A.- Madrid-1989.
- Página web: www.almendron.com
- Imagen: ARIES PH.Y DUBY, G.-“Historia de la vida privada (Imperio romano)”.- Taurus.- Madrid 1992.
La gran afluencia de personas en el teatro al aire libre originaba gran confusión y era difícil seguir las funciones si no se conocían de antemano los signos preestablecidos por las máscaras: trágicas ó cómicas, pintadas de marrón o blanco ayudaban a identificar ambos sexos y les permitían conocer a los personajes. El vestuario situaba la acción e indicaba la condición social; así, el blanco era para los ancianos, la multiplicidad de colores para los jóvenes, el amarillo para las cortesanas, el púrpura para los ricos, el rojo para los pobres, la túnica corta para los esclavos, la clámide para los soldados, etc.
La mayor parte de los actores eran extranjeros, esclavos y libertos. Gozaban de poco prestigio social y eran considerados como gente sin honor, aunque entusiasmaban a los espectadores con sus historias de doble sentido y llegaron a ser imprescindibles en las fiestas y banquetes de los ricos. Las mujeres, que no salían a escena nada más que en las comedias modernas (“mimos”), sin máscaras ó como bailarinas, estaban mal consideradas y gozaban de la misma reputación que las prostitutas. El término Mima fue transformándose en sinónimo de meretriz.
No obstante, junto a los atletas, cocheros y gladiadores, los actores eran auténticas vedettes. Era el teatro quien lanzaba las modas y el pueblo cantaba las canciones de éxito que escuchaba en los escenarios.
Los excesos y las ansias del pueblo en los espectáculos, hicieron que el teatro fuera decayendo poco a poco hasta su casi desaparición. Y pongo como conclusión lo que escribe Jérôme Carcopino en “La vida cotidiana en Roma” (Pág. 292) : “…lo cierto es que el “ mimo” llegó a degradarse de tal modo que expulsó definitivamente de la escena romana cualquier resto de arte con un mínimo de humanidad y lo mas alarmante es que las masas de las Urbis cedieron ante estos espectáculos absolutamente pervertidos, quizá porque después de años de abyectas matanzas en el anfiteatro, los sentimientos estaban envilecidos y los instintos se habían desviado”.
Durante el espectáculo, el placer se convierte en una pasión cuyos excesos condenan los sabios y condenarán más tarde los cristianos. Para los píos padres de la Iglesia, dice Juvenal "el teatro es lujuria, el circo ansiedad y la arena crueldad".
BIBLIOGRAFIA
- ARIES, PH. Y DUBY, G.-“Historia de la vida privada (Imperio romano)”.- Taurus.- Madrid 1992.- VV.AA.- “Así vivían los romanos”.- ED. Anaya.- Madrid-1997.
- JEROME CARCOPINO.- “La vida cotidiana en Roma en el apogeo del Imperio”. Ediciones Temas de Hoy, S.A.- Madrid-1989.
- Página web: www.almendron.com
- Imagen: ARIES PH.Y DUBY, G.-“Historia de la vida privada (Imperio romano)”.- Taurus.- Madrid 1992.
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El otro trabajo fué sobre el arco de Cáparra, en Extremadura que os mostraré mas adelante.
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