LECCIONES DE QUÍMICA

    Hoy es el "Día Internacional de la Mujer y de la Niña en la Ciencia". Influenciada ademas porque mi nieta la mayor ha empezado este curso en la Universidad, una carrera de Ciencias, voy a aprovechar la circunstancia para reseñar este libro que acabo de terminar y que viene muy a cuento.

    "Para Elizabeth Zott, la cocina es química y la química es vida".

SINOPSIS

    Elizabeth Zott es madre soltera y estrella a su pesar del programa de cocina de televisión más seguido de Estados Unidos. El enfoque inusual de Elizabeth para cocinar, combinar una cucharada de ácido acético con una pizca de cloruro de sodio, resulta revolucionario. Sin embargo, a medida que su éxito aumenta lo hacen también sus enemigos, porque Elizabeth no sólo está enseñando a las mujeres a cocinar sino también desafiándolas a alterar el orden establecido.

    Lecciones de química es una novela original y adictiva que desentraña de manera inteligente y entretenida la espinosa cuestión de la igualdad de género, la necesidad de ser uno mismo y de por qué debemos negarnos a aceptar las limitaciones de los demás y tratar de imponer las nuestras.

  Sobre la autora:   

    BONNIE GARMUS,  escritora estadounidense, nacida de California en  abril de 1957.  

Antes de publicar Lecciones de química, su ópera prima, trabajó como redactora y directora creativa en diversas empresas de tecnología, medicina y educación. Nadadora en aguas abiertas, remadora consumada y madre de dos hijas, vive actualmente en Londres con su marido y su perro. 

“La gente teme cambiar, pero la vida va de cambiar; es pura química”

   Mi comentario:

   Cuando Ana me dejó este libro, a raíz de que le comentara que me tocaba presentar tema en mi clase de "Lectura y conversación", y que iba a llevar un trabajo que hice en la "Uni" sobre los cambios producidos a partir de los años 60 por la incorporación de la mujer al mundo laboral, no esperaba encontrarme con una novela tan curiosa y divertida. 

    No por los temas que trata, que son muy serios; la desigualdad de género... discriminación laboral... brecha salarial... invisibilidad... acoso sexual... etc. solo por ser mujer. Sino por la forma en que la autora ha sabido tratar estos temas; con ironía, sarcasmo y humor, consiguiendo una novela fresca y reflexiva, que te atrapa. 

    El personaje de Elizabeth Zott es maravilloso. Química de profesión, rodeada de hombres que la ningunean y que no está dispuesta a permitirlo. Valiente, espontánea, divertida, provocadora... que aplica a todo sus conocimientos científicos. Por circunstancias se ve abocada a hacerse cargo de un programa de cocina en la televisión "Cena a las seis" del que es su estrella indiscutible, consiguiendo un éxito rotundo y revolucionando al personal.

    A pesar de tener una vida dura, dramática... no se arredra,  lucha y conserva la esperanza y el optimismo.

     En fin ¡una delicia de novela!.

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Un fragmento del primer capítulo:

    Allá por 1961, cuando las mujeres lucían vestidos camiseros, asistían a clubs de jardinería y transportaban a legiones de niños en automóviles desprovistos de cinturón de seguridad sin pensárselo dos veces, cuando nadie sabía siquiera los movimientos sociales que traería consigo la década de los sesenta, y menos aún que sus integrantes dedicarían los sesenta años siguientes a relatarlos, cuando las grandes guerras ya quedaban atrás y las clandestinas acababan de iniciarse y el mundo empezaba a pensar de otra manera y a creer que todo era posible, la treintañera madre de Madeline Zott se levantaba cada día al rayar el alba con una sola certeza: su vida había terminado.

    Pese a todo, cada mañana se abría paso hasta el laboratorio para prepararle la fiambrera a su hija de cinco años.

«Carburante para el cerebro», escribió en un papelito antes de encajarlo dentro de la fiambrera de la niña. Luego se detuvo un instante, con el lápiz suspendido en el aire, como reflexionando. «Participa en los deportes durante el recreo, pero no dejes que los niños ganen porque sí», anotó en otro papel. «No son imaginaciones tuyas: la mayoría de la gente es horrible». Colocó las dos últimas notas en lo alto.