25 de septiembre de 2017

PARADOR DE LERMA II (STO. DOMINGO DE SILOS)

     El segundo día, nos fuimos de excursión. Por la mañana estuvimos en  Santo Domingo de Silos, que está a unos treinta km. de Lerma y visitamos el Monasterio, nuestro principal objetivo.  

     Nos recibe en la explanada de la puerta de entrada a la hospedería del Monasterio una gigantesca secuoya como podéis ver mas abajo, en la fotografía. Tiene unos 130 años, 32 m. de altura, casi 7 m. de perímetro y casi 14 de anchura de copa. ¡¡Impresionante!!  

Entrada a la hospedería del monasterio, con la secuoya


     Después de admirar semejante ejemplar nos dirigimos a la zona de acceso al claustro, que es lo que queríamos ver y lo que se puede visitar. El maravilloso claustro románico.

     Fue construido entre los siglos XI y XII. Se hizo en varias etapas y por distintos maestros, según nos informaron en la visita guiada. Las diferencias se aprecian tanto en los arcos como en los fustes de las columnas, capiteles y tallas. ¡¡Es digno de verse!!

Claustro 
     En una esquina del claustro puede verse el famoso ciprés de Silos, un árbol simbólico al que Gerardo Diego dedicó un soneto y que en 2007 ganó la categoría de "Arbol del año".  También es un ejemplar de 128 años y una altura considerable

La primera y la última esquina del claustro donde se aprecia la diferencia del relieve
     También pudimos ver la botica, la rebotica y el museo. aunque ahí no estaban permitidas las fotografías, pero yo he buscado alguna en Internet, para que lo veáis porque merece la pena, sobre todo la botica y la rebotica, donde los frailes preparaban sus medicinas de hierbas y donde hay una gran colección de instrumentos, tarros de cerámica azul, típica  de Talavera,  recetas y libros. Todo en un perfecto orden. 

Botica y rebotica

Museo
     Si alguno quereis saber mas de la historia del monasterio, podeis entrar en su web aquí.

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El ciprés de Silos



Enhiesto surtidor de sombra y sueño
que acongojas el cielo con tu lanza.
Chorro que a las estrellas casi alcanza
devanado a sí mismo en loco empeño.

Mástil de soledad, prodigio isleño,
flecha de fe, saeta de esperanza.
Hoy llego a ti, riberas del Arlanza,
peregrina al azar, mi alma sin dueño.

Cuando te vi señero, dulce, firme,
qué ansiedades sentí de diluirme
y ascender como tú, vuelto en cristales,

como tú, negra torre de arduos filos,
ejemplo de delirios verticales,
mudo ciprés en el fervor de Silos.


                                                                                                Gerardo Diego. 1924


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     Después nos fuimos a Covarrubias, pero eso... mañana

                                                                                                       Continuará.. 

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