28 de marzo de 2020

YO ESTOY EN CASA

     Seguimos confinados en casa. Han ampliado quince días mas el tiempo que debemos estar en nuestras casas para ver si conseguimos vencer a este maldito virus que ha aparecido con tanta virulencia Dios sabe cómo y de qué manera, que tantos estragos está causando... y tanto se está cebando en los ancianos. 

     En nuestro portal hay mucha gente mayor. Bueno, en nuestro portal... y en todo el barrio. Somos muchos abuelos, siempre suenan niños y se les ve corretear por la calle. Ahora parece que ha pasado el flautista de Hamelin... 



     Todos tenemos algún familiar o algún amigo en peligro y todos estamos  angustiados por las malas cifras que dan las noticias, rogando que no nos toque. Y encima dicen que este virus ha venido para quedarse.  A veces pienso que estoy soñando,  que esto es una pesadilla,  y que voy a despertar en cualquier momento.

     Estamos en plena cuaresma. En mis tiempos de colegio me enseñaron que este era un periodo  de meditación y reflexión. Incluso hacíamos retiro espiritual. Creo que aprovechando este confinamiento deberíamos meditar y reflexionar sobre todo lo que está pasando. Algo no hemos debido hacer  bien o  podríamos haberlo hecho mejor.  Seguro que aprenderemos alguna lección y sacaremos algo positivo. 
   
     Hay tiempo para todo: para bromas y chascarrillos que te mandan por wasap y ponen un toque de risa y alegría, ¡que falta hace! y tiempo también para la seriedad y la reflexión. Y con esta seriedad y reflexion, yo me pregunto: 


  ¿Qué hacemos aquí?... y, ¿Para qué estamos aquí?...


De momento, ¡quedaos en casa!



"La naturaleza nunca hace nada sin motivo". Aristóteles 




    

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