28 de mayo de 2020

UNOS OCHENTA DÍAS DESPUÉS...

     Cerca de ochenta días llevamos confinados. Aunque el estado de alarma se decretó el 14 de marzo, los colegios ya se habían cerrado el 11 y el fin de semana del 7/8 ya nos aconsejaron quedarnos en casa. Parece que fue ayer y sin embargo ha sido un mundo.

    Ahora,  Madrid entra en fase 1 de la desescalada o desconfinamiento. ¡Miedo me da!. 

    Me niego a aceptar lo de "nueva normalidad". Prefiero pensar que vamos camino de la normalidad, a secas,  aunque todavía tardemos en alcanzarla,  quizá meses.. quizá años... Y cuando pase, veremos esta etapa como un paréntesis en nuestras vidas, como un mal sueño... Una pesadilla... de la que algunos no despertarán. Vidas truncadas... Sueños rotos... Sillas vacías... ¡Un desastre, vamos! difícil de recomponer. ¡Esto es insólito! 



         Dicen que el mundo va a cambiar... que las personas van a cambiar... Yo creo que no.  Bueno, el mundo quizá tenga un punto de inflexión hacia no se sabe qué, pero no creo que la gente vaya a cambiar sustancialmente. No se volverá mas responsable... ni mas solidaria... obedecen mas o menos las normas dictadas por las autoridades por otro motivo:  porque tienen miedo,  ni mas ni menos.  Se han ido tantas personas... mayores las mas, pero también jóvenes, como Federico. Y nosotros en particular hemos vivido el drama tan de cerca, que ademas de sentir su ausencia, y de sufrir por su familia, tenemos miedo. Pero la juventud que es mas rebelde en lo de cumplir las normas,  porque desde su perspectiva ven la muerte tan  lejana... (se piensan que son eternos) pues eso, tienen menos miedo.  Y no es que yo, desde mi ventana, vea muchos desmanes, en realidad la gente es prudente, lo que pasa es que a los que incumplen se les ve mas.  Llaman mas la atención.

     Dentro de todo este descalabro, por fin he tenido la alegría de ver a algunos de mis seis nietos. Van viniendo poco a poco para no juntarse muchos, ya que la casa es pequeña. Aunque ahora, en realidad podemos salir a pasear con ellos, porque las mentes privilegiadas han hecho que coincidan las dos franjas horarias: la de los paseos con los niños y la de los mayores de 70 años. ¿Lo habrán hecho por eso?... para que podamos vernos?... ¿Ya no somos vulnerables? En fin... entre esto de los horarios y la falta de atención primaria en los centros de salud, donde día tras día nos anulan todas las consultas de las revisiones, la gente mayor tendremos que buscarnos la vida por nuestra cuenta. 

     Siempre que vienen mis nietos procuro tener algo hecho para  ellos, como croquetas...  magdalenas... o helados.  Ahora les tengo ¡mascarillas! qué pena... En fin, para ellos es el futuro. A ver como lo viven, aunque con el clima de crispación que hay, que da angustia leer comentarios en las rr.ss. y el espectáculo que dan con sus enfrentamientos los políticos de turno, no sé por donde vamos a salir.

   ¡Esto es deprimente! 

No puedo terminar el post de esta manera. Voy a buscar algo... 

Bueno un par de enseñanzas...  


"Hemos modificado tan radicalmente nuestro entorno que ahora debemos modificarnos a nosotros mismos para poder existir dentro de él" 
                                                                                                Norbert Wiener

"El mejoramiento de una sociedad es imposible sin el mejoramiento de los individuos" 
                                                                                               Herbert Spencer



    ¡¡Feliz desescalada!!
  

1 comentario:

  1. Efectivamente, no creo que salgamos mejores de este tsunami. Somos como somos y punto.
    Afortunadamente los peques no lo recordarán como nosotros. Así lo espero. A mí no se me va a olvidar.

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