16 de septiembre de 2020

VERANO 2020

      Ya estamos de vuelta a la rutina... Perdón ¿De vuelta a qué?... ¡Creo que al desconcierto!. Todo sigue igual, o peor que cuando nos dieron rienda suelta para poder movernos libremente. Empezaron las vacaciones con cierta tranquilidad. parece que habíamos conseguido frenar los contagios, que habíamos aprendido a cuidarnos. Pero hemos vuelto de vacaciones y los contagios y los brotes han vuelto a aparecer, no con tanta rapidez y virulencia como en marzo, pero ahí están. Claro que quizá han estado siempre y ahora se contabilizan porque se están haciendo muchas pruebas a mucha gente. No sé... Lo cierto es que yo he pasado los días con mis nietos, como todos los años, sin problemas, y ahora que empiezan los colegios mis hijos han empezado a restringirnos las visitas como al principio, dicen que  para protegernos. 

     En fin, un verano un poco extraño porque en el pantano estaba prohibido el baño y el consejo era que cuanto menos te movieras mejor, con lo cual las actividades con ellos han sido prácticamente nulas. Aun así, no voy a dejar pasar este atípico verano sin mi pequeño reportaje.


Así lo hemos dejado

 Los primeros días,

 estuvieron con nosotros Leticia y los niños y lo único que hicimos es andar por el monte y solo cuando bajaba el calor. Escalaron pedruscos, Jairo se hizo muy amigo de Balú y Carmen practicó en el rústico  parque infantil .

                                             

Carmen y Jairo con Balú, explorando el monte

   Un par de días después de marcharse Leticia, Alberto nos trajo a los niños, que estuvieron con nosotros una semana, en la que hubo unos días de tormenta y el resto mucho calor por lo que salimos poco de casa, se entretenían jugando en la terraza... un ratito en la plaza... leyendo... viendo alguna película... y algún día los llevamos a montar en bici. Se encontraban tan a gusto en casa que era difícil sacarlos a pasear por el monte. Un día tuvimos espectáculo en primera linea porque talaron un árbol delante de casa que estaba a punto de caer sobre un tejado.
                                             
Tarde de bici, con Lea enfadada porque se le había olvidado montar sin ruedines.

El día de la tala del árbol, y el día que vino su papá y nos llevó a navegar, que eso sí estaba permitido.

   Dos o tres días después de que su mamá recogiera a Teo y a Lea, vinieron Cristina y Ángel a traer a las niñas, que estuvieron con nosotros otra semanaSe trajeron sus libros para leer,  jugamos a las cartas, al chinchón, a la lotería, al scrable y como son  mas mayorcitas , sí se animaron a salir a andar por el monte. Estuvimos recogiendo moras e incluso haciendo mermelada.                                

En el monte con el abuelo, recogiendo moras


Hicimos mermelada de moras y la comimos con tortitas para desayunar. Con ellas, con las niñas,  celebré mi cumpleaños.

     La última semana nos quedamos solos y nos dedicamos a hacer algo de conserva. Estuvimos buscando productos de la zona e hicimos pisto y mermelada de melocotón.

Este año el protagonismo se lo llevó el interior

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Frase:

"Los juegos infantiles no son tales juegos, sino sus más serias actividades".

                                                                                   Michel de Montaigne



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