¡Las croquetas están de moda!.
Sí, parece que ahora a la gente le ha dado por hablar de y tapear con croquetas, un plato de toda la vida de Dios, compitiendo por saber donde se sirven las mejores, y otros quejándose: "a mi no me salen". Pues bien, hoy me ha dado por explicaros como las hago yo por si os sirve de algo, ya que a mis nietas son las que mas les gustan y me persiguen para que las haga.
La explicación va para los que dicen que no les sale. No tengo trucos pero por si acaso alguno de los pasos os da la clave.
Esta vez las hice con el pollo que me sobró del cocido, bueno, como casi siempre. Vamos a ello:
Preparamos el cuarto de pollo cocido, esta vez era muslo, otras veces es pechuga, da igual, sin piel, deshuesado y partido en trocitos menudos.
Ponemos a cocer un huevo, ya sabéis, en un cazo con agua y un poco de sal, siete minutos a partir de que empiece a hervir, lo sacamos del agua y lo refrescamos con agua fría, lo pelamos y reservamos.
Partimos mas o menos media cebolla, muy menuda y en una sartén amplia con tres o cuatro cucharadas de aceite la ponemos al fuego suave para que se vaya pochando.
Cuando este blandita y algo transparente echamos el pollo y lo rehogamos bien con la cebolla.
Cuando esté bien rehogado y mezclado con la cebolla es el momento de añadir
En este punto vamos echando porciones de leche. La primera la absorberá inmediatamente e incluso se os hará pegotes, seguir echando leche y moviendo para que se introduzca bien y vaya formando una masa homogénea.
Si veis que os queda muy espesa, echar un poco mas de leche y si veis que os queda muy líquida, cocerla mas. Como referencia os diré que yo, para tres cucharadas de harina suelo gastar cerca del litro de leche.
Cuando la mezcla está bastante integrada y consistente, añadimos unas raspaduras de nuez moscada, rectificamos de sal y con un tenedor aplastamos y trituramos bien el huevo cocido que teníamos reservado.
Añadimos el huevo a la mezcla y lo introducimos bien. Trabajamos un poco mas, siempre a fuego suave y sin dejar de mover y si hay que añadir leche, cocerlo siempre un poco mas.
Cuando se enfríe un poco taparlo con film y guardar en el frigorífico unas horas para que cuaje bien.
Una vez formadas todas las croquetas, batir dos o tres huevos (no escasear) y pasar cada croqueta primero por huevo y luego por pan rallado, que quede bien cubierta para evitar que se abran al freír.
Después de reposar unas horas, sacamos del frigorífico y las vamos a rebozar.
Yo las paso primero por una capa fina de pan rallado y las voy dando forma.
Una vez formadas todas las croquetas, batir dos o tres huevos (no escasear) y pasar cada croqueta primero por huevo y luego por pan rallado, que quede bien cubierta para evitar que se abran al freír.
Preparadas para freír en abundante aceite.
Yo pongo una sartén pequeña para que el aceite suba mas arriba.
No os rindais, insistid. A mi me costó hacerlas unas cuantas veces hasta conseguir que me salieran bien. La clave me la dio mi primo, cocinero, que me dijo que echara la harina en el relleno y la disolviera bien, antes de empezar a añadir la leche.
No hay comentarios:
Publicar un comentario