Tercer día:
Hoy, después de arreglarnos y dar cuenta de nuestro desayuno, hemos pensado tomarnos la mañana con tranquilidad, pues ayer hicimos casi catorce km y nosotros ya no estamos para esos trotes.
Decidimos dedicar la jornada a visitar La Alcazaba y el Teatro romano que está en su falda.
De camino a ello, hemos pasado por el mercado central de Atarazanas, con unas preciosas cristaleras en su cabecera y repleto de puestos de frutas con sus variados colores. Me ha recordado a La Boquería" de Barcelona.
Se construyó entre 1876 y 1879 en el solar donde estuvo un taller naval de origen nazarí, del que sólo se conserva una puerta de mármol y de donde proviene su nombre; Atarazana. |
La Alcazaba es una extensa fortaleza, con un entramado de jardines, puertas y vericuetos que ocupa una colina, desde donde se disfruta de unas maravillosas vistas de la ciudad.
Hemos subido rampas, escaleras... disfrutado de sus reposados jardines y de sus palacios nazaríes...
Alguna de sus puertas |
Alguno de sus rincones |
Alguna de sus fuentes |
Hoy ademas, la fortaleza, tenía un bullicio especial. Había infinidad de grupos de niños de 10/12 años, en viaje de fin de curso a los que te encontrabas por todos los rincones, con sus profesores tratando de captar su atención a las explicaciones que les iban impartiendo. Y lo conseguían, algunos hasta tomaban apuntes.
Otro de sus rincones |
Zona de los palacios nazaríes |
Impregnados del espíritu romano y árabe nos sentamos a descansar y tomarnos un refresco frente a la Alcazaba.
Tan a gusto nos encontrábamos que decidimos quedarnos a comer, pues estábamos en las famosas bodegas que visitamos ayer con nuestra free tour "El Pimpi" y como no podía ser de otra manera, tomamos gazpacho y "pescaíto" frito.
Retales de la bodega "El Pimpi" |
Después de un par de horas, y de hacernos unas fotos junto al cartel de MA AGA al que le han suprimido la L para que ocupes su lugar en la foto, regresamos al hotel a descansar un poco.
Por la tarde hemos salido a pasear sin rumbo, aunque callejeando por todo el entramado del centro histórico hemos desembocado en la plaza de la Merced.
Estaba preciosa con las jacarandas en flor. Hemos dado una vuelta por ella y no hemos visto a Picasso sentado. Me he despistado y lo he tenido que buscar en Internet.
Hemos vuelto a pasear por la calle Larios donde nos hemos tomado un riquísimo helado en Casa Mira.
No sé en otra época del año, pero en Mayo Málaga bulle de gente para un lado y para otro. De hecho, todas las márgenes de sus calles están ocupadas por terrazas para tapear. En mi vida he visto cosa igual. No hay un metro de calle sin bares.
Mañana mas...
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