4 de octubre de 2014

CRÓNICAS DE OTROS TIEMPOS

Un poco mas...

    Después estaban el tabaco y el algodón.

     Aparte de lo que se sembraba y producía para el auto-abastecimiento de la familia, supongo que haría falta generar dinero para comprar las cosas necesarias en una casa aparte de la alimentación y aunque en ocasiones se practicaba el trueque, pues el abuelo, según le oí comentar muchas veces a mamá, cambiaba a los portugueses trigo por café, se sembraban otros productos que luego se vendían.

     Uno de estos productos era el tabaco. Mamá hablaba también de las veces que de soltera le había tocado ir a quitar la flor o a atar las manillas del tabaco para colgarlo. Yo recuerdo haber visto las grandes hojas colgadas en los techos de los secaderos.  No sé qué se hacía con el tabaco después de seco, supongo que se enviaba a plantas transformadoras o cooperativas.

     Os pongo una foto en una plantación de tabaco. Es posterior a la muerte del abuelo Cecilio e incluso papá también nos había dejado hacía poco. Supongo que sería tío Arsenio el que lo llevaba. 

Aquí me tenéis, entre el tabaco,
con la hija de una prima de mamá

     No sé si se sigue sembrando algo de tabaco, pues desde que construyeron los canales y metieron el regadío en la zona, la gente se dedicó mas al maíz y yo he visto cerrados los respiraderos de muchos secaderos de tabaco, suponiendo que ya no se utilizan para tal fin.

Secadero de tabaco
     Otro de los productos que se sembraban era el algodón.  Había que recogerlo con mucho cuidado pues había que sacar de su envoltura la especie de copo esponjoso blanco,  para que no se ensuciara mucho, pues en ello estribaba la calidad del algodón y en lo que lo podían valorar las empresas que se hacían cargo de él. También mamá hablaba de ello y de lo tapadas que tenían que ir para  hacer estos menesteres y que el sol no les quemara la piel.
Y aquí, entre el algodón
     De todas formas, hasta donde me alcanza la memoria, no recuerdo nunca haber visto al abuelo trajinando en el campo, él era como Felipe II, dirigía los trabajos desde su sillón, aunque bien es verdad, que cuando él murió yo solo tenía catorce años. En cambio sí recuerdo a los tíos en esas tareas. Aunque uno de ellos se dedicaba mas al tema de la electricidad pues, como ya os dije, tambien el abuelo llevaba la gestión de la luz en el pueblo.

     Por cierto Ignacio, me dijiste que no recordabas que hubiéramos coincidido  los dos de pequeños en casa de los abuelos . ¿No recuerdas una ocasión en que nos mandaron a vender hojas, o ramas, de té y recorrimos todas las casas del castillo?. No sé si fue para que nos sacáramos unas monedas. ¡¡Qué gracia, me acabo de acordar!!

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Frase:

"Entre el recuerdo y la memoria hay mucha diferencia:
el primero es la depuración de la segunda".                  Antonio Gala


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