23 de mayo de 2019

SORIA I. De "Mi cuaderno de bitácora"

     En vista de que últimamente tenemos un poco abandonados los viajes, trato de recordar los que hemos hecho y he echado mano de mi cuaderno de bitácora. Os voy a transcribir el que hicimos a Soria, en nuestro afán de ir conociendo todas las capitales españolas. Sé que no soy buena con la cámara,  pero aún así os lo ilustraré con algunas de las fotos que hice para que sea mas ameno. Espero que si no lo conocéis os entren ganas de ir.

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18 de agosto de 2010

"He vuelto a ver los álamos dorados, 

álamos del camino en la ribera del Duero.
entre San Polo y San Saturio" (A. Machado)

     Sí, estamos en Soria. Nos hemos venido Pepín y yo solos, a dar un garbeo. Hacía tiempo que andábamos para venir a conocerla y por fin nos hemos decidido. Salimos esta mañana de San Martín, hicimos un viaje sin problemas y estábamos aquí a las doce y media mas o menos. Por el camino llamamos para reservar habitación en el hotel Alfonso VIII.



     Después de dejar el equipaje nos fuimos paseando por la zona peatonal a buscar sitio para comer y preparar nuestra visita a la ciudad en una oficina de información. Hemos llegado a la plaza Mayor, donde está el Ayuntamiento, el Palacio de la Audiencia y la iglesia de Ntra. Sra. de la Mayor. Comimos en "Casa Augusto". No ha estado mal pero muy lento el servicio.


Algunos rincones de la Plaza Mayor,.
Arriba: el Ayuntamiento, el Palacio de la Audiencia, y la figura de bronce que está delante de la iglesia La Mayor, y que representa a Leonor, esposa de Machado.
Abajo: Zona de terrazas y la Casa de los Comunes, con el Arco del Cuerno.
     Hemos vuelto al hotel por otra calle pasando por la iglesia románica de S. Juan de Rabanera y por la Diputación, donde hay estatuas de personajes ilustres sorianos y hemos hecho fotos.


Iglesia románica de San Juan de Rabanera
Duputación
     Después de descansar un poco nos hemos ido al Centro de Interpretación de la historia de Soria para apuntarnos a un grupo que salía en visita guiada por el entorno del Duero.

     Cruzamos un puente medieval, visitamos el claustro y la iglesia de San Juan de Duero, ya en desuso. Una sinfonía de arcos, como reza una guía.



Iglesia y claustro de San Juan de Duero. Ejemplo de arquitectura románica castellana. Declarado monumento nacional en 1882. Uno de los edificios mas notables de la edad media, en la zona de Castilla, que se encuentra de camino, al lugar donde discurre la leyenda de Gustavo Adolfo Bécquer, El Monte de las Ánimas. 
      Recorrimos por una margen del Duero, el camino hasta llegar a el santuario de San Saturio.


Puente medieval, San Polo, Ribera del Duero, y... San Saturio.
      ¡Impresionante!. Es una enorme cueva donde el santo vivió en calidad de ermitaño, sobre la que se edificó el santuario,  que data del siglo XVIII. 
     El templo es octogonal y cuenta la vida y milagros de un anacoreta de busto negro al que la leyenda convierte en hijo de un noble visigodo, que decidió renunciar al mundo para vivir en una cueva junto al río, y que se convirtió en el patrón de la ciudad.


Entrada al santuario
Algunos rincones del interior de la cueva y del santuario. entre ellos la capilla de San Miguel Arcángel, a quien estaba dedicado el primer oratorio de la cueva. 



     Allí nos abandonó el guía.  Cruzamos el Duero por un puentecillo y volvimos por la otra orilla del río, que era mas bonita y mas cerca del agua. 


     Recogimos el coche y nos subimos a ver la ermita de Santa María, en el cerro del Mirón, desde donde se contempla una bonita perspectiva del Duero y de la ciudad de Soria. 


Ermita de Santa María. del Mirón.
 Altar mayor. Columna de San Saturio, Imagen de la Virgen
y vista de Soria desde el cerro
     Regresamos al hotel, aparcamos el coche y nos fuimos a buscar algún sitio de tapas para cenar. Había cuatro o cinco calles y plazas al principio de la zona peatonal sembradas de terrazas, y todas a rebosar. Bueno, había una "marcha" tremenda, parecía víspera de fiesta o día de botellón. Después de merodear un poco por todo el tinglado, hemos encontrado mesa y hemos cenado. Daba alegría ver la bulla que había por todos lados. Sobre todo porque ahora, en el hotel, no se oye nada y está todo tranquilo. Después de dar un pequeño paseo y tomar un helado nos hemos retirado a descansar.

     A ver que nos depara el día mañana. Es mi cumple y tenemos pensado ir a la Laguna Negra.

                                                                                             Continuará...




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