Y aquí estamos tratando de adaptarnos a la nueva situación. Cada uno incorporándose a su vida normal y procurando llenar el hueco que en el último año ocupaba su compañía y su cuidado.
Es curioso observar ayer a Balú, cuando dejamos la silla de mamá en la habitación. La rodeó varias veces, como buscando... (y eso que él no estuvo nunca con mamá cuando utilizó la silla). Se pasó la mayor parte de la tarde tumbado al lado de la silla. Y es que cuando mamá pasaba las temporadas en casa, él siempre la recibía con mucho alborozo. Cuando ella se sentaba en la butaca, siempre se acurrucaba a sus pies y se apoyaba en su zapatilla. Y cuando se iba, la buscaba durante un espacio de tiempo por toda la casa. Creo que ayer la buscaba por su olor.
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