15 de febrero de 2021

MUSEO AL AIRE LIBRE. MADRID II. "De mis trabajos de la Uni".

Continuamos con nuestro paseo por este espacio de la Castellana.    

 

Adyacente al primer nivel, sobre la pared que soporta la terraza de la”Plaza-escultura” de Gustavo Torner, se encuentra la obra:  

Tríptico. Sin título 1972  350 x 1060 x100cm

 

“Sin titulo” (Tríptico), de Manuel Rivera  (Granada 1927-1995). 

Pertenece esta obra a la serie de Los espejos. La pared hace las veces de tablero. Unos pivotes sobre la misma sujetan los alambres que tensan las telas y configuran los espacios. Se compone de tres cuerpos independientes a modo de tríptico. Las redes se organizan en dos planos formando ángulos. Las diferentes distancias y la distinta trama de las telas al superponerse, crean efectos de profundidad y vibración óptica, acentuada según el espectador se desplaza. Los colores grises metálicos de los materiales, contrastan con el blanco de las paredes. La luz al filtrarse produce efectos de luces y sombras hacia el espectador, según la hora del día.

En el centro del pequeño jardín está instalada:

“Estela de Venus” 1973  200x50x41cm. Acero inoxidable

“Estela de Venus” de Amadeo Gabino  (Valencia 1922). 

Destaca por su aspecto de tótem robótico o estela futurista. La escultura está compuesta por una estructura interna chapada en acero inoxidable, con remaches de hierro oxidado, realizada con la técnica del collage a base de placas metálicas, que responde a la nueva orientación espacial que toma su obra tras su estancia en Estados Unidos. Las láminas de acero son como espejos que producen curiosos efectos ópticos y lumínicos según se va rodeando la escultura.

Ya en el límite del primer nivel, se encuentran las siguientes obras: En el centro:

Móvil, 1972 300x300x20 cm. Acero inoxidable

“Móvil” de Eusebio Sempere (Onil.  Alicante, 1923-1986).

 La obra está realizada con varillas de acero inoxidable. Forma dos planos cuadrados iguales, suspendidos verticalmente en paralelo, a una pequeña distancia entre sí, colgados a modo de cortina, por medio de tensores, de uno de los soportes del puente. Las varillas son muy flexibles lo que hace que vibren con el efecto del viento, o del ruido del tráfico. En uno de los planos las varillas forman motivos geométricos y en el otro plano las varillas están dispuestas lisas. Al superponerse se producen sensaciones visuales, alteración óptica o ilusión de relieve. También la luz al atravesar las tramas produce efectos cambiantes. A través de su celosía podemos ver una perspectiva del puente y del Museo.

A uno de los lados de este Móvil:

"Al otro lado del muro”, 1972   284 x 147 x 155 cm. Hormigón y piedra caliza.

“Al otro lado del muro”, de José María Subirachs  (Barcelona 1927).

 Obra compuesta por un monolito de hormigón, atravesado por una secuencia de seis esferas de piedra caliza, produciéndose con ambos elementos, un juego de contrastes, tanto con las formas como con los materiales, pues es patente la diferencia de texturas entre la superficie lisa de la piedra caliza y la rugosidad del hormigón con las marcas del encofrado. Es una obra con gran sentido del equilibrio y la simetría. Parece ser que representa una acción congelada en el tiempo: el desplazamiento en el espacio de una bola, presentando la secuencia de la trayectoria recorrida, produciéndose un estudio de las relaciones entre el movimiento, el espacio y el tiempo.

Y al otro lado del Móvil:

“Proalí”, 1984    195 x 80 x 70 cm.   Bronce

"Proalí”de Marcel Martí (Alvear. Argentina, 1925). 

Composición de una sola pieza, sólida y esbelta, de formas ambiguas, asimétricas, curvas y onduladas, muy pulimentadas, que crean efectos de claroscuros.  En esta obra con formas simbólicas el artista parece  querer transmitir emociones de un mundo primitivo, mágico e intemporal, con una expresión que le da un carácter sagrado, casi de tótem.
Esta obra es una copia exacta en bronce, del original en mármol,  ejecutada por el propio artista, que fue dañada en 1983 como consecuencia de un accidente de tráfico y que se conserva en el patio del Museo Municipal de Madrid.


En el segundo nivel o terraza del Museo, a modo de friso entre dos escalinatas, se encuentra:

“Volumen-Relieve-Arquitectura”, 1972   169x940x30 cm.  Granito


“Volumen-Relieve-Arquitectura”, de Gerardo Rueda (Madrid 1926-1996). 

Es un gran mural de granito, de casi diez metros de largo, con relieves.  En esta obra se plantea una ordenación racional de la superficie mediante una composición sobria, pulcra y equilibrada, de tradición cubista y constructivista. El artista reduce al máximo los elementos decorativos y a base de formas geométricas sencillas, como rectángulos y cubos, situados en diferentes planos y con desplazamientos muy leves, consigue dar ritmo a la composición creando sensación de volumen y un sutil juego de luces y sombras. Esta integrada absolutamente en el puente y hace las veces de tribuna decorativa para el móvil de Sempere.


Flanqueando esta obra de G. Rueda, se instalaron las esculturas de Palazuelo y Miró:

“Proyecto para un monumento IV B”  1978   210x188x215 cm.  Acero cortén.

“Proyecto para un monumento IV B” de Pablo Palazuelo (Madrid 1916).  

Está realizada en acero cortén, plegado y recortado. De estilo racionalista. Es una composición aparentemente muy sencilla, que mas bien parece un trabajo de papiroflexia por la sensación de ligereza y movimiento alcanzada. El artista lo ha definido como “el dinamismo de lo aparentemente estático”. La oxidación del acero da al conjunto un color rojizo, herrumbroso, que con los cambios de luz se ve enriquecido con multitud de matices.



“Mére Ubu”, 1975  165x115x96 cm.  Bronce.

“Mére Ubu” de Joan Miró, (Barcelona 1893-1983). 

Esta obra de Miró, realizada en bronce, es una figura ambigua de mujer-pájaro, con una especie de concha como de tortuga, que pertenece a la galería de seres-personajes inconfundiblemente mironianos. De expresión vigorosa y rotunda. Prevalecen las formas curvilíneas. Es una especie de animal fantástico que recuerda a un ídolo o tótem primitivo. Miró se inspiró para su realización en uno de los personajes de la obra de teatro Ubu Rey, (1888) del escritor francés Alfred Jarry.

La escultura no se instaló en el Museo hasta 1978, pues el artista se negó a donarla hasta que no se resolviera el conflicto suscitado con la obra de Chillida.

                                                                                                             Continuaré...

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