"No voy a
engañarte, todo lo que has oído sobre mí, y aun lo que no has oído, es cierto:
secuestré a Martín Pearce, lo metí en el maletero de mi coche y conduje más de
mil kilómetros hasta la Casa Grande. Una vez allí lo torturé durante tres días
con sus largas noches y el 11 de noviembre de 2010 lo maté disparándole dos veces
en la cabeza. Después llamé a la policía y me senté a esperar".
SINOPSIS
Sobre el autor:
VÍCTOR DEL ÁRBOL. Escritor español nacido en Barcelona en 1968. Según dice en su página oficial, desde pequeño quería ser escritor para contar las historias que tenía en la cabeza. La biblioteca era uno de sus espacios preferidos, donde su madre le dejaba por las tardes mientras iba a trabajar. Cursó estudios de Historia en la Universitat de Barcelona y colaboró como locutor en Cataluña Sense Barreres (Radio Estel, Once). Durante diez años, de 1992 a 2002, fue mosso d'esquadra.
Su primera novela publicada fue "El peso de los muertos" con la que ganó en 2006 el premio Tiflos de Novela, en 2008 fue finalista del premio Lara con "El abismo de los sueños". En 2011 publicó "La tristeza del samurai" best seller en Francia y traducida a diez idiomas. En 2013 “Respirar por la herida". En 2014 publica "Un millón de gotas". En 2016 gana el premio Nadal con "La víspera de casi todo". En 2017 “Por encima de la lluvia", en 2019, "Antes de los años terribles" y el último, publicado en 2021, el que nos ocupa, "El hijo del padre".
Mi comentario:
Creo que ya he dicho en mas de una ocasión que para leer a V. del Árbol hay que prepararse, y esta novela es del mas puro estilo de su autor. Cruda sin concesiones, amarga sin límites, y extremadamente dura.
De qué va el tema ya lo describe la sinopsis, pero lo que realmente está intrínseco en la narración son las relaciones familiares, los conflictos generacionales y como son varias historias relacionadas, que se desarrollan en distintas épocas, también hay odios desatados y venganzas, producto de la guerra civil, o supervivencia y masacres en el frente ruso durante la segunda guerra mundial. Bien es verdad que el eje principal es Diego Martín y las notas escritas durante su encierro en un centro psiquiátrico debido al episodio que él mismo describe al principio del libro y que es la cabecera de mi reseña.
El comienzo de la novela es la época actual, pero va y viene hacia los años 40, 50 ó 60 del siglo pasado donde vamos conociendo algo de las vidas de su abuelo y de su padre y hermanos, con un problema de incomunicación e incomprensión que la abuela Alma Virtudes siempre decía de los hombres de la familia: que padecían una especie de maldición que los incapacitaba para ser felices y demostrar amor a sus hijos.
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Mi comentario:
Creo que ya he dicho en mas de una ocasión que para leer a V. del Árbol hay que prepararse, y esta novela es del mas puro estilo de su autor. Cruda sin concesiones, amarga sin límites, y extremadamente dura.
De qué va el tema ya lo describe la sinopsis, pero lo que realmente está intrínseco en la narración son las relaciones familiares, los conflictos generacionales y como son varias historias relacionadas, que se desarrollan en distintas épocas, también hay odios desatados y venganzas, producto de la guerra civil, o supervivencia y masacres en el frente ruso durante la segunda guerra mundial. Bien es verdad que el eje principal es Diego Martín y las notas escritas durante su encierro en un centro psiquiátrico debido al episodio que él mismo describe al principio del libro y que es la cabecera de mi reseña.
El comienzo de la novela es la época actual, pero va y viene hacia los años 40, 50 ó 60 del siglo pasado donde vamos conociendo algo de las vidas de su abuelo y de su padre y hermanos, con un problema de incomunicación e incomprensión que la abuela Alma Virtudes siempre decía de los hombres de la familia: que padecían una especie de maldición que los incapacitaba para ser felices y demostrar amor a sus hijos.
"Tenía razón, todos los hombres de su familia estaban malditos. No importaba la generación ni el momento, al final esa maldición se manifestaba y era una lengua de fuego que abrasaba cuanto tenía alrededor. Justos y pecadores. Todos acababan pagando esa rabia insensata, esa ira contra una vida que nunca era como debería ser".
La historia es amarga, quizá ni siquiera tenga esa pizca de optimismo que esperas encontrar siempre en los libros por muy duros que sean, pero leer a del Árbol es, aun así, disfrutar con la lectura, por esa capacidad que tiene para transmitir los sentimientos, desnudar el alma de los personajes y profundizar en sus pensamientos y acciones.
La historia es amarga, quizá ni siquiera tenga esa pizca de optimismo que esperas encontrar siempre en los libros por muy duros que sean, pero leer a del Árbol es, aun así, disfrutar con la lectura, por esa capacidad que tiene para transmitir los sentimientos, desnudar el alma de los personajes y profundizar en sus pensamientos y acciones.
"De vez en cuando di la verdad para que te crean cuando mientas"
(Jules Renard)
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