La solicitamos porque creemos que las
horas que pasa sola en casa estaría mejor si las pasara en el centro de
día; relacionándose con otras personas…
haciendo alguna pequeña actividad… comiendo a sus horas… y estaría atendida
por profesionales que la ayudarían sobre
todo a orientarse, ya que ahora en muchos momentos del día no sabe en que hora
vive, entre otras cosas, porque cierra las persianas… No sabe cundo es la hora
de comer… No sabe que día de la semana es… no recuerda en qué mes estamos…
Cuando está en su casa el tiempo se le hace eterno, tiene miedos. Y cuando está
en casa de alguno de nosotros está todo el tiempo diciendo que se quiere ir a la suya.
Nos habían dicho que era muy difícil
conseguir una plaza, que tardaban en concederla un par de años por lo menos, y
nos la han adjudicado en un par de meses. Pues bien, está muy reacia a ir. Dice que dónde la
queremos encerrar… Que ella no está sola, que tiene vecinas… que tiene amigas…
y se olvida de decir que tiene hijas que están pendientes de ella y que lo
único que buscan es que ella esté bien, y atendida.
Nos dijeron que la llevásemos el miércoles
para una entrevista de valoración. En principio se negó en rotundo a ir a
ningún lado, pero fue cediendo poco a poco y conseguimos convencerla. La
acompañamos Rosamari, Ángel y yo.
El centro estaba muy bien. Era un edificio
moderno y funcional, amplio, luminoso y alegre. La doctora que nos atendió,
encantadora y cariñosa. Y, después de todo lo que había refunfuñado, mamá se
comportó genial. Estuvo simpática, ocurrente y graciosa. Nos reímos con ella
como no lo hacíamos desde hace mucho tiempo. La doctora se echaba la mano a la
tripa. No obstante cuando terminó se puso seria y nos dijo que las conclusiones
eran; que el estado cognitivo de mamá estaba un poco descontrolado y que además no la veía
en condiciones como para estar sola. Que nosotros estábamos haciendo un trabajo
ímprobo con ella pero sin resultados porque no era el camino. Ahora bien, que antes
de admitirla deberíamos llevarla a su médico de cabecera y que él valorara su situación.
Nos recomendó llevarla al neurólogo para que la examinara y ver si podía
centrarla y tranquilizarla un poco, porque ella la veía muy alterada, Y, que
una vez conseguido esto volviéramos a llevarla... que nos guardarían la plaza
durante un mes.
Al despedirnos, mamá le dio un beso y le
dijo. Me ha gustado mucho su entrevista pero Uds. tarden mucho tiempo en
llamarme… Y ahí estamos.
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Proverbio:
"Un río puede alcanzar su meta porque ha aprendido a sortear los obstáculos".
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