13 de abril de 2013

CASI TODO SOBRE MI MADRE XLIV

     Ayer tuvimos un episodio muy desagradable, del que me siento culpable por mi falta de prudencia y por no haber podido controlar mis nervios. Menos mal que todo quedó en un susto.

     Llevaba mamá varios dias insistiendo en que se quería marchar a su casa... que a ver si venía alguna de las chicas o llamaba a alguno de sus hijos para que la recogiera y la llevara a  casa. Yo le dije que no necesitaba decirle nada a nadie, que cuando se quisiera ir que me lo dijera y nosotros la llevaríamos. Despues de darle largas varios días quedamos en que la llevaríamos el viernes.
     - Sí pero antes tengo que recoger todas las cosas que tengo en la casa de ahí abajo.Tengo cosas en la nevera y no las voy a dejar ahí.


      Como esta es una historia que se viene repitiendo, cambié la conversación y no le hice caso. Pero cada poco insistía en lo mismo y cada vez mas irascible. Un par de veces se fué hacia la puerta de la calle, pero como no podía abrir, se volvía como incrédula por mi falta de interés.  Yo le había explicado infinidad de veces que ahora estaba en mi casa, y que todo eso lo tenía en la suya. Ella no me escuchaba. Por momentos se fué poniendo mas nerviosa, por lo cual decidí abrir la puerta y acompañarla al descansillo para ver si se daba cuenta de donde estaba. 
    
      Con una rapidez pasmosa se fué hacia la escalera y a duras penas la alcancé antes de que empezara a bajar, pues con el genio que llevaba hubiera rodado por ellas. Se me heló la sangre. La agarré del brazo y traté de hacerla volver, que no quería. No sé quien estaba mas nerviosa de las dos. No supe calmarla, esa es mi culpa y abrirle la puerta, mi imprudencia. Tirando de su brazo y casi llorando conseguí traerla hasta la puerta pero en su empeño por desasirse de mí dió un tirón y se giró perdiendo el equilibrio. No se cayó, pero se fué deslizando hasta quedar sentada en el suelo y a mi me crujieron los riñones. No la podía levantar, menos mal que en ese momento salió un vecino del otro lado de la escalera y nos echó una mano. No sé que pensaría al ver el cuadro, porque no pude nada mas que darle las gracias y meterme para dentro detrás de mamá.

     Una vez dentro, conseguí que se sentara, me fuí a la cocina y preparé una tila que se bebió sin rechistar, pero me dijo que a ver qué le había echado en la taza. Se calmó y al cabo de un rato estaba como si no hubiera pasado nada. Cuando llegó Pepín, que había salido con el perro, todo estaba olvidado.

     Despues de comer fuimos a llevarla a su casa, como habíamos quedado con M. Jesús y Rosamari. Antes de irnos me dijo con la llave del armario en la mano.
     - Bueno, las cosas que están en la nevera y en el armario de abajo, que no sé por qué las he traído,  quedaos vosotros con ellas.

     Cuando llegamos a su casa y vió que todo lo que andaba buscando estaba allí, se puso tan contenta, pero no hizo ningún comentario.

     Este fin de semana está con M.Jesús.
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Frase;
"Todos los asuntos tienen dos asas: por una son manejables, por la otra no".
                                                                          Epicteto de Frigia

  

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