26 de mayo de 2013

CRONICAS SOBRE PAPA XVIII

    Si alguno habiais leido ya esta página, tal vez la encontreis algo distinta. Lo que ha pasado es que me ha desaparecido el contenido. ¡¡se me ha volatizado!!. No sé que habré hecho, porque estoy segura de que he sido yo la que ha tocado algo que no debía y que no he sabido reparar. En fin, como escribo espontáneamente y no lo había copiado, aunque sí leído varias veces, no sé si los recuerdos fluiran de la misma forma. Lo intentaré...

Decía...
      Que tampoco teníamos televisión, y, ¿Podíamos vivir sin ella?.., pues claro, porque lo que no se conoce no se echa de menos. Teníamos radio, en la que escuchabamos todos los programas que vemos ahora en la tele. Ellos te los hacían "ver". Había: noticias... música... concursos... programas de humor... retransmisiones deportivas... novelas... programas infantiles donde radiaban diariamente cuentos, que aprendí de memoria a fuerza de repetirlos: "Pulgarcito". "El gato con botas". "Garbancito". "El examen de Maginet". "Almendrita". "El gallo kiriko". "Galgos o podencos"... Por la noche, no recuerdo con que periodicidad echaban "Teatro del aire", donde escuchaba con papá funciones de teatro, y también con él me gustaba oir "El criminal nunca gana", que eran episodios de casos policiales y de investigación, parecidos a los de las actuales series del CSI...
      Tambien os decía... Que por ese tiempo jugábamos mucho en la calle. Delante de casa teníamos una amplia plaza donde nos juntábamos muchos niños y nos divertiamos con los juegos de la época, como la comba, el truque, el pincho, las tabas, los bonis, el escondite, el balon prisionero... los chicos ademas jugaban a pídola, al peón, a las chapas, y algunos juegos los compartiamos con ellos.
   
      Pero realmente cuando mas disfrutábamos era en las noches de verano, cuando salíamos a tomar el fresco. Entonces los vecinos se conocían todos y se tenía una relación mucho mas cercana. Al lado de nuestro bloque había una calle peatonal formada por casas unifamiliares y en verano había costumbre de sacar sillas a la puerta de casa y reunirse en corrillos a charlar y tomar el fresco. Y mientras los mayores conversaban los pequeños jugábamos, y nos acostábamos tarde que era lo que producia mas emoción.
      Teniamos preferencia por un lugar para sentarnos a charlar, que estaba frente a la plaza. Era una puerta que nunca vi abrir, con un par de escalones al exterior en medio de una larga pared, que nunca supe qué era y que probablemente sería la parte de atras de alguna edificación cuya puerta principal estuviera en Arturo Soria. Lo llamábamos (qué originales) "la pared de enfrente". Pegada a esta pared, había una puerta que debía pertenecer a un chalet, tambien de Arturo Soria, donde decían que vivía uno de los dueños de "Jabones Lagarto".
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Pensamiento:
"Para ver claro, basta con cambiar la dirección de la mirada". Antoine De Saint Exupery

24 de mayo de 2013

CASI TODO SOBRE MI MADRE, XLVII

     Hace casi veinte días que no escribo sobre mamá;   Hoy como todos los viernes he estado con ella y la he acompañado a la iglesia. La he encontrado mas apagada y cansada que otros días. Ya ni pensar en ir a Jesús; bastante que conseguimos llegar a la iglesia de la cruz. Cada día arrastra mas los pies y cada día oye menos. Ademas tiene poca presencia de ánimo. 


21 de mayo de 2013

CRÓNICAS SOBRE PAPÁ, XVII

     Cuando nos instalamos en una de las nuevas viviendas, estas habían sido reformadas para adquirir su distribución original. Así, habían desaparecido: la sala de audiencia, los despachos, las ventanillas; y la puerta de comunicación había sido tapiada. Ahora eran pisos normales, con cocina, aseo, tres dormitorios y un comedor con un pequeño balcón. Al principio la cocina era de carbón, una de esas bilbainas con la superficie de hierro  y un agujero con arandelas del mismo material por donde se echaba el combustible. Al frente tenía un horno y un cajón que sería el tiro. Estaba empotrada en un poyete forrado de azulejos. Aparte de utilizarla para guisar, servía de calefacción en el invierno porque calentaba toda la casa. Recuerdo a mamá sentada sobre el poyete haciendo punto.  Nos hacía jerséis para todos.

Parecida a esta
     De entonces a ahora, ¡como han evolucionado las cosas!. 

     Varios detalles para poneros en antecedentes: 

     No existían los porteros automáticos. Los portales permanecían abiertos de par en par durante todo el día. Por la noche se cerraban con llave y el que te abría si llegabas tarde, era el sereno. Era un señor, generalmente gallego y no sé por qué, que tenía la llave de todos los portales y que acudía a la voz de ¡sereno! o a las palmas. Todos los vecinos le conocíamos. Se le pagaba una pequeña cantidad al mes como gratificación que junto con las propinas que le daban los trasnochadores, conseguía un sueldo para vivir.

     Los portales no tenían buzones. El cartero llegaba al lado de la escalera, tocaba un silbato y voceaba el nombre del vecino que tenía correspondencia. En nuestro portal había un señor que estaba suscrito al ABC y le nombraban todos los días, ¡piii piii!: Eusebio Ruiz!. Se bajaba al portal a recoger el correo.
    
  Teníamos agua corriente, pero recuerdo que todos los días pasaba un aguador con un carro tirado por un animal, con pequeñas cubas de agua. Sería especial para beber. No sé si se le compraba.

     No existían los supermercados, comprábamos en los ultramarinos. donde pedías al tendero lo que querías. En el barrio estaba "Maxi", que siempre te decía cuando pesaba: - tiene un poco mas- y te lo calculaba como le daba la gana. También cuando te daba una docena de huevos, como te los echaba en un cucurucho de papel de estraza, no te dabas cuenta hasta que no llegabas a casa de que sus docenas eran de once huevos. 

   La nevera se enfriaba con unas barras de hielo enormes que también pasaban ofreciéndolas.

     No había lavadora. En casa, como eramos muchos, papá le buscó a mamá una señora que venía todos los lunes... o los martes?: la Sra. Felicidad. Así pues el lunes (o el martes) era día de colada. Se hacía a mano. Primero lavaban la ropa blanca y la ponían en lejía, después la de color y se tendía y finalmente se aclaraba la blanca. Se tiraba todo el día porque al final le daba la vuelta a la casa y fregaba todos los suelos. El olor de los lunes a casa limpia y lejía lo tengo en mi caja de olores del recuerdo. No había fregasuelos.

     También la leche la traían a casa. Venía todos los días Elena, una chica que su familia tenia una vaquería que servía a todo el barrio. Solía venir después de comer con su cántaro y sus medidas y a veces se sentaba con nosotros a charlar...  y le daba la hora de la merienda.                                                                                                                                                                                                          Continuará...


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Pensamiento:

Lo que se necesita para conseguir la felicidad, no es una vida cómoda, sino un corazón enamorado.       (??)     



16 de mayo de 2013

ACONTECIMIENTO

 El feliz acontecimiento es, la llegada de un nuevo miembro a la familia:
Olivia
 ¡¡Le damos nuestra mas cariñosa bienvenida!!
 Tambien nuestra mas sincera enhorabuena
para los felices papás, Raúl y Ainhoa 
y para su preciosa hermana,
Claudia.

Y para los abuelos, nuestra felicitación
 por su quinto nieto.

13 de mayo de 2013

CRÓNICAS SOBRE PAPÁ, XVI

     Tampoco estuvimos mucho tiempo en esta casa. A mamá no le gustaba vivir en un bloque con tanta gente, y en un barrio tan alejado y solo, como era en aquel momento S. Blas. Sobre todo después de lo bien que había encajado con los vecinos anteriores. 


     Así pues, debió insistirle mucho a papá sobre el tema, pues consiguió volver. Cómo se las arregló papá para darle gusto realmente no lo sé. La versión que a mi me vendieron siempre, o que escuché, porque no recuerdo que nadie me diera explicaciones ni me dijera nada directamente, pues entonces yo era una mocosa,  es la siguiente.

     Por aquellos años se estaba construyendo la ampliación del Bº de la Concepción y parece ser que papá intervino ante José Banús, la empresa constructora, para conseguir espacio donde ubicar las dependencias del Juzgado con mas amplitud que las que tenían en ese momento. No sé ante que otras instancias intervino, pero consiguió que se trasladaran a ese nuevo barrio, con lo que quedaron libres las viviendas que ocupaba el juzgado en ese momento, que eran tres, de las cuales él solicitó una, que le fue concedida. Eso sí, las viviendas seguían siendo propiedad del Juzgado y solo se podían ocupar por empleados suyos y mientras estuvieran trabajando en él.

     Vuelta otra vez de traslado. No sé el tiempo que estuvimos en San Blas, pero yo creo que no llegó a los dos años. Papá respiró tranquilo porque mamá estaba feliz y nosotros recuperamos nuestro barrio y a nuestros amigos. Ahora vivíamos en otro portal puesto que de las tres casas que ocupaban las dependencias del juzgado, una correspondía al 49 de la calle, que era en la que habíamos vivido antes y las otras dos al 47, una de las cuales era la que ocupábamos ahora. En la otra vivienda, del mismo rellano, vivía otro empleado del juzgado, con los que también nos llevábamos muy bien. ¡¡Todos felices!!.

     El piso de San Blas, que después de no sé cuantos años, pasaría a nuestra propiedad, y con el fin de no perderlo pues no se podía tener cerrado, pasó a ocuparlo tía Guadalupe, hasta que nosotros por la circunstancia que fuera, lo necesitáramos. Ella por aquel entonces vivía con tía Carmen o con tía Áurea y se dedicaba a arreglar los puntos a las medias en una droguería, (creo que ya lo he contado anteriormente) por lo cual le vino muy bien trasladarse allí,  pues esto le permitió vivir independiente e instalar su tallercito y trabajar desde casa donde se fue haciendo con la clientela del barrio. A mi me gustaba ir a verla y atender a las que iban a buscar sus medias. Me gustaba buscar el paquetito con su nombre, que tía Guadalupe tenía ordenados en cajas, y me gustaba verla trabajar con su máquina eléctrica, ver como desaparecían las carreras de las medias. ¡¡Qué tiempos!!...


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Pensamiento:

"Todos los cambios, aun los más ansiados, llevan consigo cierta melancolía". Anatole France. 

     

12 de mayo de 2013

ECOS DE SOCIEDAD

    Hoy, 11 de mayo
 ha sido un día muy importante
 para Claudia.

 Ha recibido su Primera Comunión.


¡¡Que sea para ti 
un día imborrable, cariño!!



6 de mayo de 2013

CASI TODO SOBRE MI MADRE XLVI

     El viernes fuimos a los médicos con mamá. Rosamari y yo. Primero fuimos al de cabecera, para ver el resultado de los análisis que le mandó hacer la semana anterior. Nos dijo que estaba “como una rosa”. Bien de tensión, bien de colesterol, bien de azúcar, e incluso un poco de anemia que daba en los análisis anteriores, de hace diez meses, había desaparecido. Si físicamente está muy bien, aparte claro, de que se cansa porque tiene ya noventa y cinco años.


3 de mayo de 2013

CRÓNICAS SOBRE PAPA, XV

    En este barrio de San Blas, todas las calles tenían nombre de castillos. Nosotros vivíamos en la plaza del Castillo de la Mota, creo que el número 4, en el primer piso. Los bloques, ya he dicho que eran de diez plantas. Las puertas de entrada estaban como en unos corredores abiertos al exterior; a este mismo corredor daba uno de los dormitorios y no recuerdo si el baño o la cocina; a la plaza daban el comedor y los otros dos dormitorios... o la cocina? (tengo un poco confuso el lugar de la cocina). Sí recuerdo que tenía los techos muy bajos y que en la entrada lo que ahora se llama hall, mamá había colocado un sofá de palitos y asiento de enea de los antiguos. También recuerdo que en el bloque teníamos portera...??.

     Habíamos dejado el colegio Conde de Romanones. No sé si algunos de los chicos fueron a estudiar a los salesianos, o es que iban los domingos a hacer alguna actividad. A mí, y no sé si a Ángel... o quizás a los mayores..., porque yo creo que iba alguno de ellos, papá nos apuntó a un colegio que había en la calle Emilio Ferrari que se llamaba Fernando III El Santo. Todos los días veníamos desde S. Blas a la Cruz de los Caídos en un tranvía, bueno, realmente eran dos tranvías. Los llamaban "Los amantes de Teruel" porque iban  uno detrás de otro pues había una sola vía. Todo el tiempo iban y venían juntos, es decir, si lo perdías tenías que esperar a que llegaran a la Cruz y volvieran. Desde la Cruz hasta el colegio íbamos andando. Alguna vez, volviendo a casa, Ángel o el que fuera que no recuerdo, que iba conmigo, bajaba corriendo toda la calle Hnos. García Noblejas, paralelo al tranvía, para competir con él a ver si llegaba al mismo tiempo. A mí me ponía los nervios de punta.

     El colegio Fernando III el Santo era un chalet, que ya no existe. Este colegio creo recordar que era mixto, debía ser de los pocos que había así, y supongo que privado. Sí recuerdo a mi profesor, D. Andrés, que era joven, alto y delgado con la cara como picada de viruela. Recuerdo con cariño sus clases. Fueron  mis primeros contactos con los  libros de lectura. Leíamos en clase el libro "Corazón", de Amicis; historias de niños y jóvenes heroicos, donde está incluido el cuento "De los Apeninos a los Andes". Tendría yo 12 o 13 años.


     También durante nuestra estancia en esta casa, en el año 57, hicieron la primera comunión Ángel y Manolo. Creo que la hicieron en los Salesianos pero tampoco estoy segura. 


Mirad que tiernos
     Por esos días, pasaron por Madrid, camino de Buenos Aires, tía Eladia, la última hermana de papá que quedaba en España, con su marido (tío Agustín) y sus cuatro hijos. Se fueron en barco, que no sé donde lo tomaron, creo que en Valencia o Alicante, y tardaron 18 días en llegar. No los volvimos a ver. Sabíamos de ellos por la correspondencia de tío Emiliano, como de todos los demás. Hace algo mas de tres años tuve contacto por correo electrónico con uno de sus nietos, pero no pusimos demasiado empeño y volvimos a perderlo.

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Fragmento:

…Y en el mundo en conclusión, 
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende.
                                                       Calderón de la Barca. "La vida es sueño"

1 de mayo de 2013

CRÓNICAS SOBRE PAPA, XIV

         Con cierta regularidad, cada tres o cuatro meses, recibíamos noticias de la familia que estaba en la Argentina. Siempre escribía tío Emiliano, el cura, que se había erigido en el patriarca de todos. Nos contaba sus vicisitudes y nos ponía al día de como se iba desarrollando la vida de cada uno de ellos. Nos enviaba fotos de los acontecimientos familiares que se iban produciendo, y así fuimos conociendo las bodas... los nuevos nacimientos...

Esta es una fotografía
de las que enviaron desde Buenos Aires.
Son: la abuela Martina,
tío Emiliano y las dos tías solteras,
Encarna y Antonia.


Y este es tío Basilio, otro de los hermanos de papá,
y su familia
   También papá les escribía con la misma regularidad y también les enviaba fotos nuestras.

   Y,  así fue como un día papá recibió  la triste noticia del fallecimiento de su madre. Corría  julio del año 1954,  por la tarde. Se había pasado al juzgado, y al preguntarle a mamá si podíamos pasar a verlo, nos lo contó y nos dijo que le dejásemos solo un rato. 

     No sé el tiempo que estuvimos en esta casa que se comunicaba con el juzgado. Dos o dos años y medio a lo sumo. Supongo que lo que tardaron en concederle a papá una casa del Ministerio de la Vivienda.

     Nos dio mucha pena abandonar el barrio pues a mamá le gustaba y estaba muy contenta con el vecindario. Era un portal de seis vecinos, dos por planta. En nuestro rellano, en la puerta de enfrente,  vivía un matrimonio con cuatro hijos de edades parecidas a las nuestras; el padre era practicante. Y ademas, por otro lado, papá tenía el trabajo tan cerca... 

     La vivienda que le concedieron  estaba en un barrio nuevo: San Blas, por entonces sólo y alejado de cualquier parte. Eran bloques de diez plantas y los pisos los recuerdo muy bajos de techo. También recuerdo que en una de nuestras visitas a verlo, cuando estábamos preparando el traslado, Rosamari dio sus primeros pasos. Así pues debía ser el año 56.

                                                                                                         Continuará...  
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Pensamiento:

"Por mas que quieras cambiar el horizonte,  jamás será vertical".        (Anónimo... ¿?)