CRÓNICAS DE LOS TIEMPOS DE PAPÁ, XXXII

     Ese mismo año 1964, en el mes de Agosto, papá y mamá se fueron unos días a Baños de Montemayor, para que mamá tomara unas sesiones de las aguas del balneario. Nos quedamos los mayores al cuidado de los pequeños. Estas dos postales son de aquel viaje:

     Ya entonces, estos baños tenían fama y eran considerados muy beneficiosos para el reuma.  Se hospedaron en una casa particular, pues las gentes del pueblo encontraron una forma de conseguir ingresos alquilando habitaciones a las personas que venían a los baños. Asimismo les preparaban la comida y les daban un servicio como de pensión. En los pueblos de Galicia, esta es una costumbre muy extendida. 

     Siempre le oí a mamá hablar muy bien de este viaje y no sé si porque fue el último que hizo con papá,  guardó siempre muy buen recuerdo.

          Como comprobareis por la segunda postal, visitaron Salamanca, Béjar y Ávila. Cuando regresaron, los chicos se quejaron de que les había matado de hambre y que les había puesto lentejas duras. ¡Que sepáis que nunca lo he olvidado!.

     El balneario sigue existiendo, pero se ha modernizado y ya el pueblo cuenta con varios hoteles.

     Después de este viaje, empezó el decaimiento de papá. No voy a contar este calvario. Solo diré que en las Navidades de este año 64, papá ya estaba en cama y que en el mes de Enero estuvo once días en "La Milagrosa" y once días en "El Clínico", y que mamá no se separó ni un instante de él.

     Cuando él comprendió que llegaba su fin, pidió volver a casa, y allí se despidió de nosotros. Con la fotografía de la página anterior en la mano y por señas, pues hablaba con dificultad, encargó a los mayores ocuparse de los mas pequeños.

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Pensamiento:

"La muerte no nos roba los seres amados. Al contrario, nos los guarda y nos los inmortaliza en el recuerdo"   Francois Mauriac.