Ya hemos superado tres semanas completas y seguimos considerando efectivo la asistencia de mamá al centro de día. La semana ha sido mas o menos normal. Ahora, cuando se queja, no lo hace del centro, sino de los viajes, dice que a ver cuando se acaban. Aunque por otro lado está encantada con los monitores que les acompañan y ayudan. Nombra a Eduardo y dice que es muy majo.
El viernes nos la trajimos a casa, para que pasara el fin de semana con nosotros. No puso ningún inconveniente en venirse, es mas, dijo que bien, que había que repartirse el trabajo.
El sábado por la tarde estaba muy dicharachera y nos estuvo contando las cosas que hacía en el centro, de lo que generalmente no habla. Nos dijo que hacían gimnasia: ejercicios con las manos, y con gestos nos decía... así, así... como si moviera un volante de coche; ejercicios con los pies, como si pedalearan; también dijo que hay una escalera, con barandilla, que les hacen subir por un lado y bajar por otro, que se ponen en fila y van rotando; y otro espacio por el que andan, agarrados entre dos pasamanos. Dice que les dejan bastones, que tienen un montón, pero que ella no lo quiere. Otra actividad, según nos contaba, consiste en que les ponen a todos sentados en silloncitos formando un círculo, con una estera en el centro con pelotas; Se las van lanzando unos a otros y el que se la deja caer pierde y le castigan, dijo ella, a subir y bajar la escalera o a andar por las pasarelas. Todo lo contaba muy divertida. Otros ratos les hacen contar alguna historia, o algún chiste y el otro día le dijeron a ella que contara alguno y contó el acertijo de "Dos madres y dos hijas van a misa con tres cobijas" y que allí estuvieron cavilando hasta que alguien dio con la solución. También contó el de "Buenos días higo chumbo... buenos días doña navaja... le corto cabeza y "pompi" y le mando pa'l otro mundo" y que un señor dijo, cabeza y "culo". (ella quiso ser tan fina)... y no sé cuantas cosas mas.... Dijo que después de comer las sientan en unas butacas y dan una cabezadita.
El domingo, por el contrario, se levantó y no soltaba prenda. Apenas hablaba, incluso estuvieron a verla tía Fe y tío Calixto y yo insistí en que les contara algo de lo que nos había dicho a nosotros la tarde anterior, y ni por esas... Por la tarde, cuando la llevamos de vuelta a casa de M. Jesús pasamos antes por su casa con el fin de recoger unas sandalias que ella insistía en necesitar. Bien, pues paró Pepín el coche delante de su casa, subí a buscarlas y ella no hizo ningún comentario, ni intención, de subir a su casa.
En fin, la semana va transcurriendo con la misma tónica. Ayer la peinaron en el Centro, una peluquera que debe ir un par de veces por semana, y vino tan guapa.
"La paciencia es un árbol de raíz amarga pero de frutos muy dulces".
El viernes nos la trajimos a casa, para que pasara el fin de semana con nosotros. No puso ningún inconveniente en venirse, es mas, dijo que bien, que había que repartirse el trabajo.
El sábado por la tarde estaba muy dicharachera y nos estuvo contando las cosas que hacía en el centro, de lo que generalmente no habla. Nos dijo que hacían gimnasia: ejercicios con las manos, y con gestos nos decía... así, así... como si moviera un volante de coche; ejercicios con los pies, como si pedalearan; también dijo que hay una escalera, con barandilla, que les hacen subir por un lado y bajar por otro, que se ponen en fila y van rotando; y otro espacio por el que andan, agarrados entre dos pasamanos. Dice que les dejan bastones, que tienen un montón, pero que ella no lo quiere. Otra actividad, según nos contaba, consiste en que les ponen a todos sentados en silloncitos formando un círculo, con una estera en el centro con pelotas; Se las van lanzando unos a otros y el que se la deja caer pierde y le castigan, dijo ella, a subir y bajar la escalera o a andar por las pasarelas. Todo lo contaba muy divertida. Otros ratos les hacen contar alguna historia, o algún chiste y el otro día le dijeron a ella que contara alguno y contó el acertijo de "Dos madres y dos hijas van a misa con tres cobijas" y que allí estuvieron cavilando hasta que alguien dio con la solución. También contó el de "Buenos días higo chumbo... buenos días doña navaja... le corto cabeza y "pompi" y le mando pa'l otro mundo" y que un señor dijo, cabeza y "culo". (ella quiso ser tan fina)... y no sé cuantas cosas mas.... Dijo que después de comer las sientan en unas butacas y dan una cabezadita.
El domingo, por el contrario, se levantó y no soltaba prenda. Apenas hablaba, incluso estuvieron a verla tía Fe y tío Calixto y yo insistí en que les contara algo de lo que nos había dicho a nosotros la tarde anterior, y ni por esas... Por la tarde, cuando la llevamos de vuelta a casa de M. Jesús pasamos antes por su casa con el fin de recoger unas sandalias que ella insistía en necesitar. Bien, pues paró Pepín el coche delante de su casa, subí a buscarlas y ella no hizo ningún comentario, ni intención, de subir a su casa.
En fin, la semana va transcurriendo con la misma tónica. Ayer la peinaron en el Centro, una peluquera que debe ir un par de veces por semana, y vino tan guapa.
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Proverbio persa:
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