Ya lleva mamá algo mas de un mes acudiendo al centro de día. Ya ha dejado de ser algo extraordinario para pasar a ser la rutina. Lo lleva mas o menos bien, unos días mejor que otros, pero seguro que si deja de ir lo echará de menos.
El jueves por la tarde me dijo Mª Jesús que habían pasado a verla, primero Manolo, y luego, un poco mas tarde, Nuria con Federico y los niños. Se juntaron allí todos. Así pues pienso que se llevaría una agradable sorpresa y pasaría un rato entretenida.
Ayer, como todos los viernes, se acercó Rosamari a buscarla para que pasara en su casa el fin de semana, pero debía estar cansada y se negó en rotundo a ir con ella. Les dijo que se fueran las dos si querían a dar una vuelta, que ella no pensaba moverse de allí. Y no hubo forma humana de hacerle cambiar de idea. Ya tarde, Rosamari tuvo que marcharse igual que llegó. Esta mañana, sábado, la llevaron Mª Jesús y Miguel Ángel y no puso ningún inconveniente, ni hizo ningún comentario.
Las próximas dos semanas tiene vacaciones en el centro de día, porque fueron los días que nosotros elegimos, entre las opciones que ellos nos dieron, ya que coincidían con las vacaciones de Mª Jesús. Así pues mañana, domingo, la recogeremos de casa de Rosamari para que pase con nosotros los próximos quince días, y M.J. y los suyos puedan irse unos días a descansar. A ver si conseguimos llenar sus horas para que no eche de menos el centro y pueda estar tranquila y contenta. El problema es que ya no se entretiene con nada y pasear tampoco quiere ni puede porque tiene las piernas muy cansadas.
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Frase:
"La paciencia es la fortaleza del débil y la impaciencia, la debilidad del fuerte" I. Kant.
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