El viernes cuando se levantaron y desayunaron se fueron a Jesús, como habitualmente hace los viernes, y al regreso volvieron a casa de Rosamari.
Pero fue imposible que consiguiera retenerla allí. Se empeñó en irse a su casa y se puso tan nerviosa, tan impertinente y tan irascible, que Rosamari, preocupada por la situación no tuvo mas remedio que llevarla. Le dijo que se tenía que ir porque le había llamado Manolo que iba a ir a verla.
Eso sí, dos o tres horas después volvió a recogerla y se fue con ella tan tranquila.
Y así, todos los días. Cuando se levanta quiere irse a su casa y cuando pasa la hora del mediodía, le entra miedo, o qué sé yo, y ya no quiere estar allí.
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Pensamiento:
"Amigo es el que en la prosperidad acude al ser llamado, y en la adversidad sin serlo". Demetrio de Falero.
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